Los primeros días en El Salvador (II)
Bueno, creo que os dejé en el viernes pasado. Pues como volvimos tarde (por el camino Marga y Xavi, los otros dos compañeros de casa, se pararon a tomarse unos tacos de vuelta de "La Luna") amanecimos también tardecillo. Nada en la nevera, pues no había habido tiempo de ir a comprar. Así que ya teníamos nuevo reto para el sábado. Como me levanté más pronto que el resto, me puse a escribiros el primer mail que os mandé (por cierto, qué horror, no llegó a toda la gente a la que se lo envié :( ). Cuando por fin nos decidimos a salir, ya era la hora de almorzar. Así que de camino al Super Selectos paramos en una especie de restaurante llamado "La Herradura". Allí tomé unos hongos al ajillo y aguacate con queso fresco salado.
La compra fue algo divertido. En realidad, yo compré bien poquito, porque al fin y al cabo me alojo en casa de esta gente y quería que ellos hiciesen su compra por ellos mismos. Luego les pagué una parte por la comida y listo. Pero se compró de todo: cosas de limpieza, comida, detallitos estúpidos... Es sorprendente lo norteamericanizados que están. No veáis la cantidad de guarrerías de USA que había allí. Dicen que el dinero que los emigrantes mandan, vuelve directamente a USA vía supermercados y restaurantes de fast-food. Lo tienen muy bien montado. Están creando megacentros comerciales donde los salvadoreños que consiguen algo de dinero pueden consumir hasta la saciedad. Les bombardean con continuos estímulos publicitarios para que gasten esos cuartos en productos de consumo inmediato... En lugar de ahorrar para el futuro, comprar una casa, etc. Terrible.
Como la casa estaba a mucha distancia y encima todo cuesta arriba, nos pusieron a un muchachito que nos subiese la compra en un carro especial. El chaval no tenía ni 15 años. Curra todos los días de 14 a 23, le pagan un dólar al día y libra dos domingos al mes. Nosotros íbamos a haber agarrado un taxi, la próxima vez haremos eso.
Y esa tarde estábamos cansadillos así que no quisimos ni plantearnos el salir por ahí. En lugar de esto, empezamos a preparar una suculenta cena a base de verduras (se me olvidó mencionar que no habíamos comprado nada de nada de carne, manías de Marta, sobre todo, aunque no me importa) y más tarde vinieron dos amigos salvadoreños de Xavi. Bastante pijillos ambos (ella más), la verdad. Yo, siguiendo mi instinto y mi manía de hacer lo que me da la gana, me fui a dormir prontito, no sin antes haber dado la murga a Xavi para que me dejase mandar el primer mail ese que os mandé. Conectamos su portátil, él se puso a hacer sus cosas y al cabo de unos siglos me dijo que si quería me pusiese yo. Yo ya tenía mi mail preparadito de por la mañana, listo para adjuntar y enviar. Pero Xavi se empezó a poner nervioso porque no sabía si el consumo iba a la cuenta de la casa o era tarifa plana de Intervida (para quienes trabaja, y en cuyo caso no pasaba nada) y se empeñaba en cortarme cada dos por tres (!!!!) si me levantaba del ordenador (yo tenía que ir a por direcciones, a por el disco en el que estaba el mail..). Así que me costó dios y ayuda. Todo para que luego sólo llegase a los que estaban en el CC: y todos los del Para: se lo perdieron :(((
Domingo por la mañana fui en busca de un ciber para ver si podía chatear un rato con Pablo (mi novio, para l@s no enterad@s). Todo cerrado, así que el paseo enorme que me di, no sirvió para nada. Bueno sí, la papelería estaba abierta y vendía sellos, así que ya podía mandar una carta. La farmacia también y como aquí venden de todo en las farmacias, me compré una esponja de las que rascan, porque ya me había dado cuenta de que con agüita y jabón en este país no iba a lograr mucho. Al volver a casa me encontré con que todos se iban a comprar más cosas. Ya me quedé en casa. Llamó Josete (el vasco que conocimos el primer día) para quedar con unos cuantos más de los becados en El Salvador del Mundo, una estatua de por acá. Allá fuimos después de comer, y desde allí fuimos andando hasta la Universidad de El Salvador (la única pública) porque se supone que por allí cerca había un garito muy chulo y barato. Cerrado. Vaya palizón de paseo. Y encima empezó a llover. Llover en este país significa "caer cantidades ingentes de agua desde el cielo en un período más o menos corto". Calculamos que una hora o así, algo menos. Corriendo corriendo encontramos un sitio en el que ponían panes de pavo (bocatas) y allá que nos metimos. Estuvimos allí tomando unas cervezas (yo un chocolate caliente) y mis compañeras de piso y yo nos fuimos un poco antes porque vivíamos lejos. Agarramos un bus que nos dejó bastante cerca de casa y ya nos fuimos a dormir.
El lunes tuve reunión de trabajo. Estudiar y discutir las estrategias de investigación en el CEDEFAR y otros centros de FUCRIDES. Y nos os aburro más con esto. Os resumo: voy a currar un montón. Burrear, le dicen aquí, porque es trabajar como un burro. Por la tarde, celebramos el cumple de Xavi. Le habían comprado estas una botella de vino y algo de jamón serrano, y sus amigos salvadoreños trajeron una tarta riquísima de chocolate. Adornamos la casa con globos y pusimos música (mi cd de varios triunfó :P). A las 23 a la cama.
A las 7 en pie. Martes excursión a Santa Marta, a conocer el invernadero que la Comunidad de Madrid instaló allí este año. Vamos, ya querría la ETSI Agrónomos tener uno así. Pero no adelantemos. Primero fuimos a las oficinas de FUCRIDES y de allá salimos hacia Santa Marta, departamento de Cabañas, al nornordeste del país. Para que lo entendáis, los departamentos son como provincias, y los del norte con los más pobres. El camino fue largo y doloroso para nuestros culos. 3 horas en el coche, junto a Alfredo y Alexander, su hijo. La carretera estaba más o menos bien hasta llegar a Victoria, el municipio al que pertenece Santa Marta. antes de llegar a Victoria, paramos en Sensuntepeque, capital del departamento. Allí fuimos a las oficinas de ADES Asociación para el Desarrollo Económico y Social, que trabaja por toda la zona. En ADES había dos Valencianos (que yo sepa viven en Barcelona) que estaban desencantadísimos de lo que es la cooperación. Por lo que yo deduje, no están hechos para esto. Daniel, el chico, es periodista y tiene varios cursos de desarrollo y cosas de esas, pero yo lo veo muy perdido. Está claro que ni siquiera en un principio quería hacer esto, pero al no salirle otro trabajo... La chica era una borde y casi ni nos habló.
Dejamos ADES para acabar metiéndonos en el auténtico camino de cabras que es la subida a Santa Marta (si dije que lo del CEDEFAR era un camino de cabras, lo retiro, era un camino un poco más accidentado de lo normal, con baches grandes pero se hacía ameno). Cuando acabe este año, si sigo haciendo viajes de estos, voy a acabar sin un sólo gramo de celulitis, se me va a quedar el culo como el de un bebé. Todo esto cuando me desaparezcan los moratones, claro.
En Santa Marta se va a quedar Mario, otro ingeniero agrónomo becado como nosotras con FUCRIDES, pero todavía no ha llegado al país. A todo esto, es el novio de Marta. Así que Marta estaba con los ojos bien abiertos para ver dónde se va a quedar su novio. Bueno, de nuevo, he de retirar lo de que Cara Sucia y el CEDEFAR están en el culo del mundo (me parece que utilizo demasiadas veces la palabra "culo", perdónenme ustedes)... Santa Marta sí que lo está. Mario se quedará a dormir en los almacenes del invernadero, creo que le construirán un muro o algo así para darle más intimidad... Pero no hay cuarto de baño, la "ducha" es una pila de agua, no hay teléfono (aunque en el CEDEFAR tampoco)... Marta se asustó un poquejo al pensar dónde iba a estar Mario.
Visitamos los invernaderos y un poco los alrededores, allí había unos niños muy lindos a los que dimos globos (Marta llevaba en la mochila).
Volvimos a Victoria, comimos y camino de vuelta a San Salvador. Muertas. Ducha, escribir un mail para mi profesor (a vosotros ya os escribiría en otro momento, que no sois nada urgente
) y a la cama.
Miércoles. Visita a los naranjales de Opico, en La Libertad, al sur. Allí FUCRIDES tiene también unos terrenos en los que dentro de un par de años instalarán otro invernadero como el de Santa Marta y harán otro CEDEFAR. La finca está cuidada por una familia, que tiene 4 críos pequeños que no van al cole, tampoco la de 12 va... Tienen gallinas y tal. Los niños no hablaban nada de nada, y estaban guarreadísimos por jugar con barro y todo. Pero qué lindos eran. Tengo fotos que ya os enseñaré, pero de momento no os las puedo enviar, porque ocupan mucho y no quiero saturaros las cuentas de correo :P
Y qué más? Pues después volvimos. Unos naranjos preciosos, tenían sembrados debajo leguminosas para fertilizar, aunque también había un sistema de riego por goteo en toda la finca. Las naranjas eran verdes, pero dicen que son dulces. Una finca también preciosa... Jo qué paisajes, qué bonito es todo esto. Qué envidia que pretendo daros (para consolaros os diré que tengo la espalda destrozada de estos viajes en 4x4 del año de las botas de Maricastaña; creo que la vértebra número 7 está en la posición 3 y viceversa). Bueno, pues esa fue la visita a Opico, de la que nos fuimos con un saco de naranjas y limones que todavía siguen en la oficina. A la vuelta pedimos que nos dejasen en un ciber, y ya vi que alguno de vosotros me había escrito. No digo nombres porque ya lo sabéis los implicados y tampoco quiero hacer sentir mal a nadie :P Mandé después de muchos intentos el mail a mi profesor, vi a Pablo en la webcam :)) y me olvidé el disquete en el pc. Qué cabeza la mía.
Volvimos a casa en el bus y yo, para no perder la costumbre, casi me fui a dormir al momento.
Esta mañana jueves, como ayer me fui a la cama a las 20.30, pretendía levantarme a las 5.30. Pero el maldito despertador no ha sonado. Menos mal que no hay cortinas y la luz entra a raudales por las ventanas, y a pesar de que yo duermo con el antifaz (y las almohadas robadas) del avión (todo un espectáculo, lo reconozco), me desperté a las 5.45.
arriba ya a empezar a escribiros este mail. Como os dedico tanto tiempo, no me dio tiempo a acabarlo, así que a las 7.40 vinieron a por nosotras. Hoy tocaba viaje a Chalatenango, departamento del norte, el más pobre. Pero qué montañas, madre mía. No sé quién decía el otro día que esto es un país rico de gente pobre. Aquí se te cae una semilla y crece algo. Es tremendo. En Chalatenango íbamos a enseñar otra finca de FUCRIDES a una familia que van a ser sus guardeses (si ellos aceptan, por eso lo de enseñársela). Los recogimos en el zoológico: una pareja joven con su niño de 5 meses y otro chaval joven que los conocía y los había recomendado. El niño de 5 meses creo que es lo más bueno que he visto en mi vida. Hasta ahora creía que las del metro drogaban a sus niños para que no llorasen, pero he cambiado mi teoría: eso de ir en carritos te hace ser egoísta y llorón. Lo mejor es llevar al niño todo el día pegado a ti.
Llegamos a la finca, tras atravesar otro de esos famosos caminos de cabras de los que os he hablado... y aquello también es precioso. No tanto como el CEDEFAR, pero se va a acondicionar para que lo sea. Este marzo llevan allí un invernadero de los de Madrid, y construirán aulas y dormitorios, una cocina grande... Va a quedar estupendo. Ahora hay papayas, algunos frijoles y un guardián con muy malas pulgas rodeado de perros (con garrapatas, pero no tan malas como las del guardián). Chalate es bonito, pero a la familia esta no le gustó. Decían que estaba muy aislado(juas aislado, no han viajado tanto como yo por El Salvador :PP). Devoramos unas cuantas papayas y nos pusimos en marcha... Ais madre mía, de vuelta a Opico. Yo me lo temía. Alfredo había mencionado lo buenas que estaban las naranjas y ahora querían ir allá a recoger. al sur del país, unas cuantas horas más de traqueteo. Intenté dormir entre bote y bote, pero sentada y golpeándome contra las paredes del coche no me fue posible.
Llegamos a Opico y encima descubrí que al tipo este las naranjas le daban igual, el quería ir para conseguir licor de maíz ilegal, que allí
fabrican... Mientras les enseñaba la finca a la familia, para ver si les gustaba más quedarse ahí, yo me acurruqué en una hamaca e intenté dormir. Pero el jodido gallo me descubrió y se puso a gritar su quiquiriquí a mi oído (lo juro, se puso a mi lado, y SÉ que fue a propósito). Ya despierta descubrí que la niña pequeña estaba mirándome, así que intenté hablar con ella. Nulos resultados, como el día anterior. El abuelo que descubrió mis esfuerzos me dijo que era sorda... Así claro... Así que cambié la estrategia y me puse a imitarla. Se empezó a descojonar la niña, con lo timidísima que parecía. Más tarde descubrí que de sorda nada, que o se lo hacía o su abuelo no le prestaba mucha atención. Porque se puso a hablar conmigo, y cuando logré entenderle algo la contesté y ella me volvió a contestar. Pero lo del juego de imitar nos gustó y me pasé el resto del tiempo mientras los otros trapicheaban con licores jugando con la nena. Hora de irse. Ais, mi trasero ya se resentía de sólo pensarlo. Pero qué se le va a hacer...Mañana iré por San Salvador... A ver qué tal.
Pues volví a casa, me duché [hago un inciso, hoy comimos por la carretera, y después de haber tocado las papayas pringosas, los perros pulgosos, las babas del bebé, el polvo de todas partes.... me comí el pollo con las manos y sin habérmelas lavado. Si de esta infección intestinal sobrevivo, me habré vuelto inmune] y me puse a escribiros. Joer qué de tiempo me robáis, yo podría estar durmiendo hace horas, pero nada... Es broma. me alegra ver que os escribo, además esto me sirve a mí de diario más tarde. Y me siento bien sabiendo que recibís el mail (me siento fatal cuando descubro que no llegó a todos).
Y ya os contaré, probablemente más espaciadamente ya, pues el lunes me voy a Cara Sucia. Este fin de semana os adelanto que voy a un campamento de la Cruz Roja en La Unión, en la playita. Hay campeonatos entre las sectoriales de los diferentes departamentos, de tira y afloja, cucaña, cosas guays :P. Pero qué vergüenza ponerme en bikini. Si ya me miran yendo con camiseta y pantalón largo por ser "chelita" (blanquita) imaginaos cuando enseñe toda la carne blanca que tengo para enseñar. Y con lo poco delicados que son en este país, que no se cortan si tienen que decirte algo... Llevaré camiseta por encima, creo que ellas suelen hacer eso.
Muchos besos para todos, ya me voy a la cama que me lo he ganado con creces.
Tirma.
La compra fue algo divertido. En realidad, yo compré bien poquito, porque al fin y al cabo me alojo en casa de esta gente y quería que ellos hiciesen su compra por ellos mismos. Luego les pagué una parte por la comida y listo. Pero se compró de todo: cosas de limpieza, comida, detallitos estúpidos... Es sorprendente lo norteamericanizados que están. No veáis la cantidad de guarrerías de USA que había allí. Dicen que el dinero que los emigrantes mandan, vuelve directamente a USA vía supermercados y restaurantes de fast-food. Lo tienen muy bien montado. Están creando megacentros comerciales donde los salvadoreños que consiguen algo de dinero pueden consumir hasta la saciedad. Les bombardean con continuos estímulos publicitarios para que gasten esos cuartos en productos de consumo inmediato... En lugar de ahorrar para el futuro, comprar una casa, etc. Terrible.
Como la casa estaba a mucha distancia y encima todo cuesta arriba, nos pusieron a un muchachito que nos subiese la compra en un carro especial. El chaval no tenía ni 15 años. Curra todos los días de 14 a 23, le pagan un dólar al día y libra dos domingos al mes. Nosotros íbamos a haber agarrado un taxi, la próxima vez haremos eso.
Y esa tarde estábamos cansadillos así que no quisimos ni plantearnos el salir por ahí. En lugar de esto, empezamos a preparar una suculenta cena a base de verduras (se me olvidó mencionar que no habíamos comprado nada de nada de carne, manías de Marta, sobre todo, aunque no me importa) y más tarde vinieron dos amigos salvadoreños de Xavi. Bastante pijillos ambos (ella más), la verdad. Yo, siguiendo mi instinto y mi manía de hacer lo que me da la gana, me fui a dormir prontito, no sin antes haber dado la murga a Xavi para que me dejase mandar el primer mail ese que os mandé. Conectamos su portátil, él se puso a hacer sus cosas y al cabo de unos siglos me dijo que si quería me pusiese yo. Yo ya tenía mi mail preparadito de por la mañana, listo para adjuntar y enviar. Pero Xavi se empezó a poner nervioso porque no sabía si el consumo iba a la cuenta de la casa o era tarifa plana de Intervida (para quienes trabaja, y en cuyo caso no pasaba nada) y se empeñaba en cortarme cada dos por tres (!!!!) si me levantaba del ordenador (yo tenía que ir a por direcciones, a por el disco en el que estaba el mail..). Así que me costó dios y ayuda. Todo para que luego sólo llegase a los que estaban en el CC: y todos los del Para: se lo perdieron :(((
Domingo por la mañana fui en busca de un ciber para ver si podía chatear un rato con Pablo (mi novio, para l@s no enterad@s). Todo cerrado, así que el paseo enorme que me di, no sirvió para nada. Bueno sí, la papelería estaba abierta y vendía sellos, así que ya podía mandar una carta. La farmacia también y como aquí venden de todo en las farmacias, me compré una esponja de las que rascan, porque ya me había dado cuenta de que con agüita y jabón en este país no iba a lograr mucho. Al volver a casa me encontré con que todos se iban a comprar más cosas. Ya me quedé en casa. Llamó Josete (el vasco que conocimos el primer día) para quedar con unos cuantos más de los becados en El Salvador del Mundo, una estatua de por acá. Allá fuimos después de comer, y desde allí fuimos andando hasta la Universidad de El Salvador (la única pública) porque se supone que por allí cerca había un garito muy chulo y barato. Cerrado. Vaya palizón de paseo. Y encima empezó a llover. Llover en este país significa "caer cantidades ingentes de agua desde el cielo en un período más o menos corto". Calculamos que una hora o así, algo menos. Corriendo corriendo encontramos un sitio en el que ponían panes de pavo (bocatas) y allá que nos metimos. Estuvimos allí tomando unas cervezas (yo un chocolate caliente) y mis compañeras de piso y yo nos fuimos un poco antes porque vivíamos lejos. Agarramos un bus que nos dejó bastante cerca de casa y ya nos fuimos a dormir.
El lunes tuve reunión de trabajo. Estudiar y discutir las estrategias de investigación en el CEDEFAR y otros centros de FUCRIDES. Y nos os aburro más con esto. Os resumo: voy a currar un montón. Burrear, le dicen aquí, porque es trabajar como un burro. Por la tarde, celebramos el cumple de Xavi. Le habían comprado estas una botella de vino y algo de jamón serrano, y sus amigos salvadoreños trajeron una tarta riquísima de chocolate. Adornamos la casa con globos y pusimos música (mi cd de varios triunfó :P). A las 23 a la cama.
A las 7 en pie. Martes excursión a Santa Marta, a conocer el invernadero que la Comunidad de Madrid instaló allí este año. Vamos, ya querría la ETSI Agrónomos tener uno así. Pero no adelantemos. Primero fuimos a las oficinas de FUCRIDES y de allá salimos hacia Santa Marta, departamento de Cabañas, al nornordeste del país. Para que lo entendáis, los departamentos son como provincias, y los del norte con los más pobres. El camino fue largo y doloroso para nuestros culos. 3 horas en el coche, junto a Alfredo y Alexander, su hijo. La carretera estaba más o menos bien hasta llegar a Victoria, el municipio al que pertenece Santa Marta. antes de llegar a Victoria, paramos en Sensuntepeque, capital del departamento. Allí fuimos a las oficinas de ADES Asociación para el Desarrollo Económico y Social, que trabaja por toda la zona. En ADES había dos Valencianos (que yo sepa viven en Barcelona) que estaban desencantadísimos de lo que es la cooperación. Por lo que yo deduje, no están hechos para esto. Daniel, el chico, es periodista y tiene varios cursos de desarrollo y cosas de esas, pero yo lo veo muy perdido. Está claro que ni siquiera en un principio quería hacer esto, pero al no salirle otro trabajo... La chica era una borde y casi ni nos habló.
Dejamos ADES para acabar metiéndonos en el auténtico camino de cabras que es la subida a Santa Marta (si dije que lo del CEDEFAR era un camino de cabras, lo retiro, era un camino un poco más accidentado de lo normal, con baches grandes pero se hacía ameno). Cuando acabe este año, si sigo haciendo viajes de estos, voy a acabar sin un sólo gramo de celulitis, se me va a quedar el culo como el de un bebé. Todo esto cuando me desaparezcan los moratones, claro.
En Santa Marta se va a quedar Mario, otro ingeniero agrónomo becado como nosotras con FUCRIDES, pero todavía no ha llegado al país. A todo esto, es el novio de Marta. Así que Marta estaba con los ojos bien abiertos para ver dónde se va a quedar su novio. Bueno, de nuevo, he de retirar lo de que Cara Sucia y el CEDEFAR están en el culo del mundo (me parece que utilizo demasiadas veces la palabra "culo", perdónenme ustedes)... Santa Marta sí que lo está. Mario se quedará a dormir en los almacenes del invernadero, creo que le construirán un muro o algo así para darle más intimidad... Pero no hay cuarto de baño, la "ducha" es una pila de agua, no hay teléfono (aunque en el CEDEFAR tampoco)... Marta se asustó un poquejo al pensar dónde iba a estar Mario.
Visitamos los invernaderos y un poco los alrededores, allí había unos niños muy lindos a los que dimos globos (Marta llevaba en la mochila).
Volvimos a Victoria, comimos y camino de vuelta a San Salvador. Muertas. Ducha, escribir un mail para mi profesor (a vosotros ya os escribiría en otro momento, que no sois nada urgente
) y a la cama.
Miércoles. Visita a los naranjales de Opico, en La Libertad, al sur. Allí FUCRIDES tiene también unos terrenos en los que dentro de un par de años instalarán otro invernadero como el de Santa Marta y harán otro CEDEFAR. La finca está cuidada por una familia, que tiene 4 críos pequeños que no van al cole, tampoco la de 12 va... Tienen gallinas y tal. Los niños no hablaban nada de nada, y estaban guarreadísimos por jugar con barro y todo. Pero qué lindos eran. Tengo fotos que ya os enseñaré, pero de momento no os las puedo enviar, porque ocupan mucho y no quiero saturaros las cuentas de correo :P
Y qué más? Pues después volvimos. Unos naranjos preciosos, tenían sembrados debajo leguminosas para fertilizar, aunque también había un sistema de riego por goteo en toda la finca. Las naranjas eran verdes, pero dicen que son dulces. Una finca también preciosa... Jo qué paisajes, qué bonito es todo esto. Qué envidia que pretendo daros (para consolaros os diré que tengo la espalda destrozada de estos viajes en 4x4 del año de las botas de Maricastaña; creo que la vértebra número 7 está en la posición 3 y viceversa). Bueno, pues esa fue la visita a Opico, de la que nos fuimos con un saco de naranjas y limones que todavía siguen en la oficina. A la vuelta pedimos que nos dejasen en un ciber, y ya vi que alguno de vosotros me había escrito. No digo nombres porque ya lo sabéis los implicados y tampoco quiero hacer sentir mal a nadie :P Mandé después de muchos intentos el mail a mi profesor, vi a Pablo en la webcam :)) y me olvidé el disquete en el pc. Qué cabeza la mía.
Volvimos a casa en el bus y yo, para no perder la costumbre, casi me fui a dormir al momento.
Esta mañana jueves, como ayer me fui a la cama a las 20.30, pretendía levantarme a las 5.30. Pero el maldito despertador no ha sonado. Menos mal que no hay cortinas y la luz entra a raudales por las ventanas, y a pesar de que yo duermo con el antifaz (y las almohadas robadas) del avión (todo un espectáculo, lo reconozco), me desperté a las 5.45.
arriba ya a empezar a escribiros este mail. Como os dedico tanto tiempo, no me dio tiempo a acabarlo, así que a las 7.40 vinieron a por nosotras. Hoy tocaba viaje a Chalatenango, departamento del norte, el más pobre. Pero qué montañas, madre mía. No sé quién decía el otro día que esto es un país rico de gente pobre. Aquí se te cae una semilla y crece algo. Es tremendo. En Chalatenango íbamos a enseñar otra finca de FUCRIDES a una familia que van a ser sus guardeses (si ellos aceptan, por eso lo de enseñársela). Los recogimos en el zoológico: una pareja joven con su niño de 5 meses y otro chaval joven que los conocía y los había recomendado. El niño de 5 meses creo que es lo más bueno que he visto en mi vida. Hasta ahora creía que las del metro drogaban a sus niños para que no llorasen, pero he cambiado mi teoría: eso de ir en carritos te hace ser egoísta y llorón. Lo mejor es llevar al niño todo el día pegado a ti.
Llegamos a la finca, tras atravesar otro de esos famosos caminos de cabras de los que os he hablado... y aquello también es precioso. No tanto como el CEDEFAR, pero se va a acondicionar para que lo sea. Este marzo llevan allí un invernadero de los de Madrid, y construirán aulas y dormitorios, una cocina grande... Va a quedar estupendo. Ahora hay papayas, algunos frijoles y un guardián con muy malas pulgas rodeado de perros (con garrapatas, pero no tan malas como las del guardián). Chalate es bonito, pero a la familia esta no le gustó. Decían que estaba muy aislado(juas aislado, no han viajado tanto como yo por El Salvador :PP). Devoramos unas cuantas papayas y nos pusimos en marcha... Ais madre mía, de vuelta a Opico. Yo me lo temía. Alfredo había mencionado lo buenas que estaban las naranjas y ahora querían ir allá a recoger. al sur del país, unas cuantas horas más de traqueteo. Intenté dormir entre bote y bote, pero sentada y golpeándome contra las paredes del coche no me fue posible.
Llegamos a Opico y encima descubrí que al tipo este las naranjas le daban igual, el quería ir para conseguir licor de maíz ilegal, que allí
fabrican... Mientras les enseñaba la finca a la familia, para ver si les gustaba más quedarse ahí, yo me acurruqué en una hamaca e intenté dormir. Pero el jodido gallo me descubrió y se puso a gritar su quiquiriquí a mi oído (lo juro, se puso a mi lado, y SÉ que fue a propósito). Ya despierta descubrí que la niña pequeña estaba mirándome, así que intenté hablar con ella. Nulos resultados, como el día anterior. El abuelo que descubrió mis esfuerzos me dijo que era sorda... Así claro... Así que cambié la estrategia y me puse a imitarla. Se empezó a descojonar la niña, con lo timidísima que parecía. Más tarde descubrí que de sorda nada, que o se lo hacía o su abuelo no le prestaba mucha atención. Porque se puso a hablar conmigo, y cuando logré entenderle algo la contesté y ella me volvió a contestar. Pero lo del juego de imitar nos gustó y me pasé el resto del tiempo mientras los otros trapicheaban con licores jugando con la nena. Hora de irse. Ais, mi trasero ya se resentía de sólo pensarlo. Pero qué se le va a hacer...Mañana iré por San Salvador... A ver qué tal.
Pues volví a casa, me duché [hago un inciso, hoy comimos por la carretera, y después de haber tocado las papayas pringosas, los perros pulgosos, las babas del bebé, el polvo de todas partes.... me comí el pollo con las manos y sin habérmelas lavado. Si de esta infección intestinal sobrevivo, me habré vuelto inmune] y me puse a escribiros. Joer qué de tiempo me robáis, yo podría estar durmiendo hace horas, pero nada... Es broma. me alegra ver que os escribo, además esto me sirve a mí de diario más tarde. Y me siento bien sabiendo que recibís el mail (me siento fatal cuando descubro que no llegó a todos).
Y ya os contaré, probablemente más espaciadamente ya, pues el lunes me voy a Cara Sucia. Este fin de semana os adelanto que voy a un campamento de la Cruz Roja en La Unión, en la playita. Hay campeonatos entre las sectoriales de los diferentes departamentos, de tira y afloja, cucaña, cosas guays :P. Pero qué vergüenza ponerme en bikini. Si ya me miran yendo con camiseta y pantalón largo por ser "chelita" (blanquita) imaginaos cuando enseñe toda la carne blanca que tengo para enseñar. Y con lo poco delicados que son en este país, que no se cortan si tienen que decirte algo... Llevaré camiseta por encima, creo que ellas suelen hacer eso.
Muchos besos para todos, ya me voy a la cama que me lo he ganado con creces.
Tirma.
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