Domingo 21 de marzo. Elecciones presidenciales.
Me desperté a las 7.00 y a las 7.30 ya estábamos los tres bañándonos en el mar. Suena a que debía hacer frío, pero qué va... Una temperatura estupenda, las olas estaban divinas y en la zona en la que nos bañamos había menos rocas que esquivar.
Todavía nos quedaba la otra mitad de la playa por recorrer. Y qué delicia, todavía no pegaba el sol y paseamos tranquilamente mientras la marea se iba retirando y dejaba al descubierto grandes rocas y cuevas escarbadas en la pared. Perseguimos cangrejos ermitaños (ya olvidé cómo los llaman acá), molestamos a las caracolas que querían enterrarse cuando la ola se retiraba, escribimos nuestros nombres en la arena... Incluso puse a flote un pequeño barco hecho con la corteza de algún árbol de por aquí. Tenía una vía de agua y se hundió. Siempre pasa.
Paseamos hasta que nos entró hambre y entonces fuimos a desayunar. En Casa Frida no nos ofrecían nada especial de desayuno, así que para tomar el desayuno típico (frijoles, plátano frito, huevos revueltos y queso salado) nos fuimos de nuevo a la champa de al lado. A lo que yo no renunciaba era a los licuados de Casa Frida. Me tomé 3 en el fin de semana: limonada, sandía y melón. Encima la tranquilidad de que los hiciesen con agua mineral... Inmediatamente te sienta mejor al estómago.
Tardaron horrores en preparar los desayunos. Creo que fueron a cosechar el maíz de las tortillas o algo así. Esperamos como una hora, casi. Encima luego se habían confundido y nos puso plátano a todos, cuando Cecile y yo no habíamos pedido.
Marcelo tenía cierta prisa en salir hacia San Salvador, pero no nos podíamos ir sin darnos otro chapuzón en el Pacífico. Se nos hicieron las 11, así que fuimos a ducharnos a toda prisa y salimos volando.
Por el camino, por cada pueblo que pasábamos, se veía que era el día de las elecciones. Increíble, pero así como la gente va a misa en los pueblos, así iban a votar ahora. Algunos llevaban camisetas de sus partidos (sin nada que pidiese el voto, claro). En muchos casos los simpatizantes de un partido fletaban autobuses enteros para llevar a los votantes (de su partido) por los diferentes centros de votación. He de aclarar que no hay voto residencial, por lo que tu centro de votación te toca según tu apellido, por eso en muchos casos tienes que ir hasta la otra punta de la ciudad.
Cuando un pick up del FMLN se cruzaba con uno de ARENA, se pitaban y gritaban vamos a ganar! o A la primera! refiriéndose al lema de ARENA que pretendía ganar en primera vuelta. Yo tuve que calmar a Cecile en una ocasión en la que una chica de ARENA nos hizo la señal de a la primera que es un pulgar como diciendo ok. Cecile casi sale por la ventana del piloto para decirle: va a ganar el Frente!. Intenté decirle que si a la policía le daba la gana, podría deportarla por eso, pero a ella le daba igual. En fin.
Si yo tuviese que votar en este país, o lo hacía en blanco o votaba por la coalición de centro. El candidato es un ex efemelenista y fue alcalde de San Salvador bastantes años. Su campaña se ha centrado en decir que ellos son la alternativa realmente viable, que los otros dos partidos importantes sólo buscan repartirse El Salvador y que ellos buscan una solución conciliadora. Pero la verdad, mucho de su programa no he oído.
Nos dirigimos hacia la Feria Internacional, que es una especie de palacio de congresos en el que suele haber exposiciones temporales. Allí le tocaba votar a Marcelo y tuvimos la ocasión de acompañarlo.
Llegar allí costó lo suyo. No hubo ninguna clase de desorden como decían las malas lenguas, pero sí había mucho tráfico. Estuvimos casi parados bastante tiempo. Y es que en este país no están preparados para que todo el mundo vote. Resulta que la participación suele ser del 30%-45%(máx) y en esta ocasión, fue de cerca del 63%, vamos, que casi parece ya una democracia y todo.
Claro, los centros de votación son escasos porque piensan que no irá mucha gente, y en la Feria estaban la mayor parte de los apellidos. Toda esa gente tratando de llegar allá... Por cierto, por si no me he explicado bien, no es voto residencial pero sí que votas en la ciudad en la que estás censado (que suele ser en la que has nacido porque hacen un censo de Pascuas a Ramos).
El caso es que llegamos, buscamos la urna en la que tenía que votar Marcelo, éste ejerció su derecho al voto y nos largamos. De camino encontré una cámara de TVE, me hizo ilusión y medio grité anda, televisión española! claro, se dieron la vuelta y se me quedaron mirando. Qué vergüenza :P
Bueno, explicaré cómo se vota. En los periódicos, en la televisión y en la radio anuncian desde bastante antes cual será tu centro de votación. En internet o llamando al TSE puedes consultar cuál es tu urna. Al llegar, las urnas (que son de cartón, por cierto) están colocadas de una forma más o menos ordenada, cada una comprende una serie de apellidos. Frente a cada urna, un tablón en el que están listadas las personas que votan en esa urna, con su nombre, número de identificación y (esto es nuevo) su foto. Una vez que te reconoces el careto en el tablón (y ya de paso el del ministro de interior que está a dos filas de ti), te acercas a la mesa donde están los del TSE y vigilantes de cada partido. Si tienes suerte (nosotros no la tuvimos) te toca algún observador internacional (puede que no hubiese ninguno porque era la hora de comer). En la mesa, enseñas tu DUI (documento único de identidad, que tiene foto, chip y código cifrado y que dicen que contiene todo tu historial, jejeje, habría que verlo) y te entregan la papeleta. Arrancan una papeleta del bloc y te la dan. Una por persona. La papeleta tiene las cuatro banderas de los cuatro partidos que aspiran a la presidencia, a todo color y bien grandes. Para votar, hay que marcar una cruz (sin salirse o es voto nulo) sobre la bandera de tu partido. Por eso a mí me hacía gracia cuando veía anuncios en la televisión y veía que tachaban su propia bandera. Para marcar, hay una especie de biombos de cartón, a los que está pegada la urna. Luego doblas la papeleta y la metes (como puedes) en la urna de cartón. Y listo.
Pudimos ver cómo los Boy Scout llevaban en volandas a un paralítico para que votase. Aquello de la votación en familia era realmente así. La gente llevaba a sus niños pequeños y después de que los papás votasen, llevaban a los niños a un centro comercial donde también podían votar ellos. Votaciones Infantiles. Una campaña que me parece terrible, porque puede que sea útil enseñar a los niños desde pequeños a votar, a que se conciencien de que es un deber y enseñarles cómo deben hacerlo. Pero no votando por los mismos partidos por los que votan sus padres!! Las papeletas que usaban eran iguales sólo que con un sello de votación infantil.
No sé si he comentado ya lo politizados que están los niños ya desde pequeños. Claro, con esto ambos partidos ganan adeptos, y sobre todo el que está en el poder. Es como el fútbol. El papá lleva a su hijo a animar a su equipo, le compra la gorra del Real, hace que celebre con él cuando gana... Y el niño de mayor es del Real, claro. Qué otra opción va a tener. Cómo va a ser un chaquetero...
Pues con los partidos igual. A ver, si al niño lo vistes de rojo en elecciones. Le haces gritar Viva el Frente! (o Patria sí, comunismo no! que gritan los areneros) y le haces presenciar tu odio hacia los del otro partido... Pues está claro que están condicionadísimos. Aquí la política no es que roce el fanatismo, es que es fanatismo puro. Es terrible ver cómo la gente no tiene ni idea de lo que dice el programa de su partido pero son fieles seguidores de sus colores.
Volviendo a lo de los niños, la televisión estuvo allí, claro. Y sólo había que ver lo que respondió una niña cuando le preguntaron que por quién había votado pues... por... por el más grande y más importante, claro.
Y hablando de preguntar por quién se ha votado... Es tremendo, lo de que el voto sea secreto y tal, aquí a la gente le importa tres pepinos. Te preguntan a la mínima de cambio. Por ejemplo Alfredo... Si no quieres responder ah, vos sós arenero, verdad? Y te fuerza a responder como sea. Es terrible. Todo el mundo sabe lo que vota su vecino. Claro que en la mayoría de los casos no es muy difícil averiguarlo, cuando lleva camisetas o ha puesto una gran bandera ondeando en lo alto de su casa (o banderines en el coche).
Sigamos... Marcelo nos llevó a casa de Cecile, donde preparamos una ensalada y después de que Pablo me llamase hasta allá, fuimos a un ciber. Del ciber fui a casa (sí había transporte urbano, no paralizan tantísimo las cosas) donde la gente estaba colgada de la televisión esperando recuentos. Caras de desolación por toda la casa, ARENA estaba arrasando desde los conteos iniciales, y aunque más tarde se acortó la diferencia, ganaron en la primera vuelta.
Por supuesto, cuando les dije que era lo más probable que podía pasar, me llamaron arenera. Pero es que ARENA había hecho una campaña terriblemente fuerte y el Frente no supo contraatacar a la política de meter miedo. Era de esperar, aunque yo no pensé que lo lograsen en la primera vuelta.
Otros resultados destacables fueron que los otros dos partidos no consiguieron el mínimo de votos para seguir existiendo legalmente (un 3%). Y ahí se terminaba la carrera del PCN, el partido de conciliación nacional, que fueron los quasi dictadores hasta que estalló la guerra. Entre sus filas están la mayor parte de generales y altos cargos del ejército que arrasaron el país, aunque los peores formaron parte de ARENA en algún momento (su fundador, un expresidente).
Todavía nos quedaba la otra mitad de la playa por recorrer. Y qué delicia, todavía no pegaba el sol y paseamos tranquilamente mientras la marea se iba retirando y dejaba al descubierto grandes rocas y cuevas escarbadas en la pared. Perseguimos cangrejos ermitaños (ya olvidé cómo los llaman acá), molestamos a las caracolas que querían enterrarse cuando la ola se retiraba, escribimos nuestros nombres en la arena... Incluso puse a flote un pequeño barco hecho con la corteza de algún árbol de por aquí. Tenía una vía de agua y se hundió. Siempre pasa.
Paseamos hasta que nos entró hambre y entonces fuimos a desayunar. En Casa Frida no nos ofrecían nada especial de desayuno, así que para tomar el desayuno típico (frijoles, plátano frito, huevos revueltos y queso salado) nos fuimos de nuevo a la champa de al lado. A lo que yo no renunciaba era a los licuados de Casa Frida. Me tomé 3 en el fin de semana: limonada, sandía y melón. Encima la tranquilidad de que los hiciesen con agua mineral... Inmediatamente te sienta mejor al estómago.
Tardaron horrores en preparar los desayunos. Creo que fueron a cosechar el maíz de las tortillas o algo así. Esperamos como una hora, casi. Encima luego se habían confundido y nos puso plátano a todos, cuando Cecile y yo no habíamos pedido.
Marcelo tenía cierta prisa en salir hacia San Salvador, pero no nos podíamos ir sin darnos otro chapuzón en el Pacífico. Se nos hicieron las 11, así que fuimos a ducharnos a toda prisa y salimos volando.
Por el camino, por cada pueblo que pasábamos, se veía que era el día de las elecciones. Increíble, pero así como la gente va a misa en los pueblos, así iban a votar ahora. Algunos llevaban camisetas de sus partidos (sin nada que pidiese el voto, claro). En muchos casos los simpatizantes de un partido fletaban autobuses enteros para llevar a los votantes (de su partido) por los diferentes centros de votación. He de aclarar que no hay voto residencial, por lo que tu centro de votación te toca según tu apellido, por eso en muchos casos tienes que ir hasta la otra punta de la ciudad.
Cuando un pick up del FMLN se cruzaba con uno de ARENA, se pitaban y gritaban vamos a ganar! o A la primera! refiriéndose al lema de ARENA que pretendía ganar en primera vuelta. Yo tuve que calmar a Cecile en una ocasión en la que una chica de ARENA nos hizo la señal de a la primera que es un pulgar como diciendo ok. Cecile casi sale por la ventana del piloto para decirle: va a ganar el Frente!. Intenté decirle que si a la policía le daba la gana, podría deportarla por eso, pero a ella le daba igual. En fin.
Si yo tuviese que votar en este país, o lo hacía en blanco o votaba por la coalición de centro. El candidato es un ex efemelenista y fue alcalde de San Salvador bastantes años. Su campaña se ha centrado en decir que ellos son la alternativa realmente viable, que los otros dos partidos importantes sólo buscan repartirse El Salvador y que ellos buscan una solución conciliadora. Pero la verdad, mucho de su programa no he oído.
Nos dirigimos hacia la Feria Internacional, que es una especie de palacio de congresos en el que suele haber exposiciones temporales. Allí le tocaba votar a Marcelo y tuvimos la ocasión de acompañarlo.
Llegar allí costó lo suyo. No hubo ninguna clase de desorden como decían las malas lenguas, pero sí había mucho tráfico. Estuvimos casi parados bastante tiempo. Y es que en este país no están preparados para que todo el mundo vote. Resulta que la participación suele ser del 30%-45%(máx) y en esta ocasión, fue de cerca del 63%, vamos, que casi parece ya una democracia y todo.
Claro, los centros de votación son escasos porque piensan que no irá mucha gente, y en la Feria estaban la mayor parte de los apellidos. Toda esa gente tratando de llegar allá... Por cierto, por si no me he explicado bien, no es voto residencial pero sí que votas en la ciudad en la que estás censado (que suele ser en la que has nacido porque hacen un censo de Pascuas a Ramos).
El caso es que llegamos, buscamos la urna en la que tenía que votar Marcelo, éste ejerció su derecho al voto y nos largamos. De camino encontré una cámara de TVE, me hizo ilusión y medio grité anda, televisión española! claro, se dieron la vuelta y se me quedaron mirando. Qué vergüenza :P
Bueno, explicaré cómo se vota. En los periódicos, en la televisión y en la radio anuncian desde bastante antes cual será tu centro de votación. En internet o llamando al TSE puedes consultar cuál es tu urna. Al llegar, las urnas (que son de cartón, por cierto) están colocadas de una forma más o menos ordenada, cada una comprende una serie de apellidos. Frente a cada urna, un tablón en el que están listadas las personas que votan en esa urna, con su nombre, número de identificación y (esto es nuevo) su foto. Una vez que te reconoces el careto en el tablón (y ya de paso el del ministro de interior que está a dos filas de ti), te acercas a la mesa donde están los del TSE y vigilantes de cada partido. Si tienes suerte (nosotros no la tuvimos) te toca algún observador internacional (puede que no hubiese ninguno porque era la hora de comer). En la mesa, enseñas tu DUI (documento único de identidad, que tiene foto, chip y código cifrado y que dicen que contiene todo tu historial, jejeje, habría que verlo) y te entregan la papeleta. Arrancan una papeleta del bloc y te la dan. Una por persona. La papeleta tiene las cuatro banderas de los cuatro partidos que aspiran a la presidencia, a todo color y bien grandes. Para votar, hay que marcar una cruz (sin salirse o es voto nulo) sobre la bandera de tu partido. Por eso a mí me hacía gracia cuando veía anuncios en la televisión y veía que tachaban su propia bandera. Para marcar, hay una especie de biombos de cartón, a los que está pegada la urna. Luego doblas la papeleta y la metes (como puedes) en la urna de cartón. Y listo.
Pudimos ver cómo los Boy Scout llevaban en volandas a un paralítico para que votase. Aquello de la votación en familia era realmente así. La gente llevaba a sus niños pequeños y después de que los papás votasen, llevaban a los niños a un centro comercial donde también podían votar ellos. Votaciones Infantiles. Una campaña que me parece terrible, porque puede que sea útil enseñar a los niños desde pequeños a votar, a que se conciencien de que es un deber y enseñarles cómo deben hacerlo. Pero no votando por los mismos partidos por los que votan sus padres!! Las papeletas que usaban eran iguales sólo que con un sello de votación infantil.
No sé si he comentado ya lo politizados que están los niños ya desde pequeños. Claro, con esto ambos partidos ganan adeptos, y sobre todo el que está en el poder. Es como el fútbol. El papá lleva a su hijo a animar a su equipo, le compra la gorra del Real, hace que celebre con él cuando gana... Y el niño de mayor es del Real, claro. Qué otra opción va a tener. Cómo va a ser un chaquetero...
Pues con los partidos igual. A ver, si al niño lo vistes de rojo en elecciones. Le haces gritar Viva el Frente! (o Patria sí, comunismo no! que gritan los areneros) y le haces presenciar tu odio hacia los del otro partido... Pues está claro que están condicionadísimos. Aquí la política no es que roce el fanatismo, es que es fanatismo puro. Es terrible ver cómo la gente no tiene ni idea de lo que dice el programa de su partido pero son fieles seguidores de sus colores.
Volviendo a lo de los niños, la televisión estuvo allí, claro. Y sólo había que ver lo que respondió una niña cuando le preguntaron que por quién había votado pues... por... por el más grande y más importante, claro.
Y hablando de preguntar por quién se ha votado... Es tremendo, lo de que el voto sea secreto y tal, aquí a la gente le importa tres pepinos. Te preguntan a la mínima de cambio. Por ejemplo Alfredo... Si no quieres responder ah, vos sós arenero, verdad? Y te fuerza a responder como sea. Es terrible. Todo el mundo sabe lo que vota su vecino. Claro que en la mayoría de los casos no es muy difícil averiguarlo, cuando lleva camisetas o ha puesto una gran bandera ondeando en lo alto de su casa (o banderines en el coche).
Sigamos... Marcelo nos llevó a casa de Cecile, donde preparamos una ensalada y después de que Pablo me llamase hasta allá, fuimos a un ciber. Del ciber fui a casa (sí había transporte urbano, no paralizan tantísimo las cosas) donde la gente estaba colgada de la televisión esperando recuentos. Caras de desolación por toda la casa, ARENA estaba arrasando desde los conteos iniciales, y aunque más tarde se acortó la diferencia, ganaron en la primera vuelta.
Por supuesto, cuando les dije que era lo más probable que podía pasar, me llamaron arenera. Pero es que ARENA había hecho una campaña terriblemente fuerte y el Frente no supo contraatacar a la política de meter miedo. Era de esperar, aunque yo no pensé que lo lograsen en la primera vuelta.
Otros resultados destacables fueron que los otros dos partidos no consiguieron el mínimo de votos para seguir existiendo legalmente (un 3%). Y ahí se terminaba la carrera del PCN, el partido de conciliación nacional, que fueron los quasi dictadores hasta que estalló la guerra. Entre sus filas están la mayor parte de generales y altos cargos del ejército que arrasaron el país, aunque los peores formaron parte de ARENA en algún momento (su fundador, un expresidente).
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