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Desde El Salvador

Viernes 27 de febrero. Concierto de Mago de Oz.

Salí tempranito del CEDEFAR, en el bus de las 10.30. Ni almorcé porque no tenía tampoco mucha hambre. Yo iba escuchando el disco de Mago que me había estado empollando para el concierto :P
En el bus hacia Sonsonate, la señora que iba a mi lado compró caramelos a un vendedor ambulante y me ofreció. Qué cosa más linda. No sé, esas cosas no suelen pasar en España, verdad?
Me tomé un agua de coco, me encanta, me gusta cuando lleva un buen trozo de coco maduro dentro. Muchas veces lleva sólo moco gelatinoso, que hay gente que adora, pero a mí, puaj. Sonsonate es la tierra de los cocos, tiene muchos cocoteros y cuando una chica tiene grandes pechos, suelen decir “ésa es de Sonsonate”. Yo al principio me quedaba sorprendida de que supiesen decir así la procedencia. Qué inocente soy.
Llegué a casa de Alfredo y dejé las cosas, ni siquiera almorcé, tenía pensado comer algo por ahí. Pregunté a Alicia y a Gloria cómo llegar al sitio del concierto, intenté llamar a unos amigos de Priscilla que iban al concierto pero no respondieron, así que decidí llamarlos más tarde. El caso es que de momento yo iba sola al concierto, pues no sabía de nadie más que fuese a ir.
Fui al centro comercial “Metrocentro” y desde allí llamé de nuevo. Resulta que sí iban al concierto pero tenían entrada “general” y la mía era “preferencial”, así que no íbamos a estar juntos. Mala suerte, ahora sí que iba sola. Fui al ciber a matar el rato charlando con Pablo, que casi me prohibe ir sola. Menos mal que logré tranquilizarlo, para la próxima vez mejor no le digo nada :P (que nooooo, que te diré todo).
Se acercó la hora del concierto (19) y me fui a por algo de cena. Compré unos tacos para llevar y fui a la parada del bus, donde el microbusero de la 44, que me habían dicho que era la que me llevaba allí, me dijo que no pasaban ni cerca. Así que estaba perdida. ¿Perdida del todo? Noooo, soy una chica con recursos y en cuanto vi a un grupo de chavales vestidos todos con camiseta negra... “Oye, perdona, ¿vais al concierto de Mago de Oz, verdad?” Y por supuesto que iban, así que le comuniqué al chaval mi intención de acoplarme a ellos. Se apresuró a presentarse él mismo y a todos sus amigos: Naúl, Evelio, Errol, Juan y Alberto. Hablando, no sé que dijo exactamente pero fue algo así como: ¿y qué hace una española en El Salvador?. Eso me emocionó bastante, no dijo siquiera canadiense, que es con lo que me confunden últimamente. El caso es que en el concierto nadie me tomó por gringa, sino por española. Maravilloso.
Me tomé los tacos en el bus mientras Evelio me explicaba desde cuando era fan de Mago de Oz y yo le explicaba que en mi caso, hacía ya muchos años que no escuchaba casi nada del grupo, pero que no podía perderme el concierto.
Llegamos allá y tuvimos que hacer una gran cola para poder acceder al recinto. Tenían que registrar las mochilas y a las personas y parece que no eran especialmente ágiles. Estuvimos una hora y pico allí, haciendo cola, riéndonos mucho, éstos comprando las cervezas que las aprovechadas de las vendedoras ambulantes vendían a dólar al público sediento. En esa hora nos reímos mucho, eran muy simpáticos y además me sentía cómoda con ellos. La pena era que también tenían entrada general. Pero intentarían saltarse la valla y venir abajo. De todas formas, acabé por despedirme de ellos, encantada de haberlos conocido, como si no los fuese a volver a ver.
Así que cuando llegué todavía estaba en el escenario el grupo telonero. A saber cómo se llamaban (¿puede ser Santa Ana? Eran de acá). Me propuse ganar posiciones hasta lo más cerca del escenario que pudiese llegar, pero no sabía lo difícil que iba a ser el tema. Para no dar demasiados detalles (esos ya se los di a Pablo, que es el único al que le deben interesar estas cosas), diré que me sobaron el culo de lo lindo. Y que yo debí magullar a bastantes salvadoreños, ya fuese a base de arañazos o retorciendo los dedos. El caso es que logré llegar hasta primera fila, pero me quedé allá sólo un par de canciones: estaba empapadita de sudor. Me dejaron salir por la valla y quedarme en un lateral, libre de presiones y en primera fila, aunque muy de lado. El tipo que estaba encargado de esa zona, me estaba haciendo un favor al dejarme estar ahí, aunque yo no era la única que estaba. El caso es que debió de pensar que yo le debía otro favor y me agarró de la cintura y luego me tocó el culo. Me escabullí de sus garras en cuanto pude.
Al cabo del rato, me obligó a salir de allí y me hizo pasar a la trasera del escenario, con los técnicos, los periodistas y los músicos, aunque estos últimos estaban demasiado ocupados en el concierto como para hacer caso a la gente que andábamos por allí. Así que como no veía muy bien ni oía de maravilla, me volví a salir hacia el centro.
Esta vez, elegí una zona más despejada, en la que poder mantener a salvo mi retaguardia. Ya no volví a tener problemas más que alguna que otra mano furtiva que se escapaba en busca de mis nalgas.
Allí ya me puse a bailar, botar, brincar, cantar... Con toda la gente que había en la “olla”. Debían pensar “esta extranjera borracha...” Sólo me había tomado un Sprite! Pero tenía energía para durar un buen rato.
En uno de esos brincos, me tropecé casi de morros con Naúl. ¡Qué emoción! ¡Habían saltado!. Bueno, me reuní con ellos, los puse a todos a brincar y cantar a lo bestia y acabé el concierto con ellos. Jo, que emoción.
Les pedí que me ayudasen a encontrar un taxi, Errol había contado en la fila, mientras esperábamos, que la semana pasada un taxista había violado a una cliente, y claro, eso no me dejó muy tranquila. Ellos pensaban dormir en la calle, excepto Errol que iba a tomar un taxi también, así que decidimos que iríamos juntos pues mi casa estaba de camino a la suya.
Ya eran más de las 23 y no lográbamos atrapar un taxi, así que llamaron a su “contacto”, vamos, un taxista al que suelen recurrir. Vino desde el centro a buscarnos. Les dejé mi dirección de email y subimos al taxi. Errol me contó un poco de su vida, que estudia Farmacia, que tiene una nota media sobre 9 así que el próximo año podría estudiar en el extranjero con todo pagado... Eso está bien, que por tener esas notas te financien los estudios en otro país... Más nos gustaría tener algo así en España. Claro que yo nunca lo lograría...
Y llegué a casa sana y salva por 4$. Si hubiese tomado yo un taxi, con la cara de extranjera me hubiesen cobrado lo menos 10$. No hay taxímetro, pactas el precio antes de subir al taxi, si te gusta lo tomas, si no, o bien regateas o lo intentas con otro taxi.

2 comentarios

saul rivas -

todos somos capaces de muchas cosas por mago no creas yo tambien tuve mi suvivor por mago desde san miguel hasta la feria sin quedarse donde dormir pero insito valio la pena

raquel -

que mago es un grupo muy oiginal y me encanta como canta te amo mago de oz