Sábado 21 de febrero. Visita al doctor y viaje San Miguel.
Nada más llegar a casa de Alfredo, llamé al seguro para contarles mi problemilla con mis intestinos. Más tarde me llamó la Dra. Cruz que me mandó a la otra punta de la ciudad a una Gastroclínica y encima me pedía que estuviese allí cuanto antes. Pues allá fui, en bus, porque el taxi iba a cobrarme lo menos 10$ y cambiando dos veces de bus me salió por 57 centavos.
En un microbús que agarré el conductor me dijo que me pusiese a su lado para que se acordase de recordarme dónde me tenía que bajar. El chico era muy simpático y cuando le dije que era española, me dijo algo que ya había oído en más de una ocasión: ¡Ah! Mi segunda patria y yo le pregunté: Por el Real Madrid o por el Barcelona? Y señalándome todas las pegatinas del microbús me dijo: Por el Madrid, claro. Luego me sacó recortes de periódico en los que parecía el Bernabeu, la colección de trofeos... Y me aclaró que no podía morirse sin ver jugar al Madrid en el Bernabeu. La verdad es que si viniesen a jugar al país, la gente pagaría LO QUE FUESE. Deberían pensárselo.
El doctor me atendió muy bien, me tomó la tensión, el pulso, me miró la respiración, me hizo sacar la lengua... Esas cosas que parece que los doctores sólo hacen para que veas que hacen algo. Por fin, me auscultó la tripa y me vaticinó más caca líquida a juzgar por los ruidos. Yo le dije que me había tomado una pastilla y se rió por lo de que funcionase aquello. Me recetó un par de cosas más y me mandó hacer un análisis de heces.
Fui al sitio donde se hacían los análisis y si no hubiese sido por el tapaculos que tomé, hubiese podido dar allí mismo la muestra, pero no hubo forma por mucho que apretase. Así que habría que volver el lunes con la cajita llena.
El plan para el fin de semana era: ir a San Miguel, dormir en algún lado y el domingo por la mañana salir temprano para escalar el volcán de San Miguel, o Chaparrastique. Pero el caso es que Carlos es el de San Miguel y el que nos iba a llevar, y tenía una reunión por la tarde y no podía ir. Así que yo no sabía qué carajo iba a pasar al fin. Si íbamos o no. Llamé a Cecile y ella tampoco sabía mucho. Por fin llamó Mario y me dijo que dentro de una hora, en la universidad de Adonay, que de allí partiríamos. Así que preparé la mochila y salí para allá corriendo.
Llegué a la hora y fui la primera, por allí estaba Adonay con un amigo y nos sentamos a esperar a los otros. Llegaron: Marta, Mario, Cecile, Marie (otra francesa que acaba de llegar a FUCRIDES aunque se va ya a Honduras), Maureen, Vicente y Priscilla (otros dos becarios de la misma beca que yo).
Nos metimos en el remolque del picachús, yo sentada en la rueda de repuesto y con pantalones blancos, estupendo, ya llevaba el culo negro, pero no era nada comparando con cómo iban a quedar los benditos pantalones.
El viaje duró tres horas. Para alojarnos, habíamos decidido llamar a Heráclito y Claudia, los dos colombianos compañeros de beca, que viven en San Miguel. Al llegar, llamamos al teléfono de contacto que teníamos y la señora nos dijo que iría a buscar a estos dos y llevarlos al parque donde estábamos. Llegó la señora en coche sin ellos y dijo que iría a buscarlos al ciber, que probablemente estarían allá. Volvió sin ellos porque no estaban y directamente nos ofreció su casa para dormir. Qué cielo de señora, se llamaba Lucy. Nosotros le dijimos que no podíamos aceptar eso y logramos convencerla de que nos llevase hasta la casa de la pareja y allí veríamos cómo lo solucionábamos.
Al final nos distribuímos en las dos casas, yo fui con Cecile, Marie, Priscilla y Maureen a casa de Lucy, que resultó tener una casa enorme y con espacio para todos, como ella decía. Más tarde averiguamos que había sido enfermera en la guerra y luego se había ido a EEUU a seguir estudios de taxidermia. Claro, debe ser de las pocas que existen en el país y aunque trabaja 24 horas al día y 7 días a la semana (los muertos son muy desconsiderados, se mueren sin pensar en los demás) se ve que da sus frutos y cobra muy bien. ¿Qué si da yuyu dormir en la casa de una taxidermista? Pues no tenía ningún animal disecado a la vista, y mucho menos ninguna persona, así que entre lo cansadas que estábamos y que nos teníamos que levantar a las 5 am... Dormimos como unos angelitos.
Antes de cenar pasamos por el súper, para comprar la comida del día siguiente. Muchas galletas, pan bimbo, latas de atún, jamón de york (o lo más parecido a eso que hay aquí), tomate, pepino, muuucha agua y alguna otra coseja. Yo me hice con más galletas para mi desayuno, no pensaba comer en un comedor por ahí con el estómago como lo tenía, seguro que me daban frijoles y eso es lo último que necesitaba.
Cenamos en una pupusería muy a pesar de mi estómago, que no debía tomar cosas grasientas ni difíciles de digerir, pero a esas horas era lo único abierto. A todo esto, yo me había enfadado mucho con Adonay por llamarme bicha con pisto de nuevo. Le retiré la palabra y todavía sigo sin hablarle más de lo necesario, por pura fórmula de cortesía. Me jode mucho. Será cierto que tengo más dinero que él, vengo de otro país más desarrollado, en parte eso es inevitable. Pero el tono con el que me dijo lo de bicha con pisto porque quería ir al Burguer King a por una ensalada que no le hiciese daño a mi estómago... Ya ves tú: 2$ costaba el menú de oferta, y él se gastó 2.1$ (0.7x3) tan sólo con las cervezas de la cena. Pues que le jodan, y más si ni siquiera ha intentado disculparse.
En un microbús que agarré el conductor me dijo que me pusiese a su lado para que se acordase de recordarme dónde me tenía que bajar. El chico era muy simpático y cuando le dije que era española, me dijo algo que ya había oído en más de una ocasión: ¡Ah! Mi segunda patria y yo le pregunté: Por el Real Madrid o por el Barcelona? Y señalándome todas las pegatinas del microbús me dijo: Por el Madrid, claro. Luego me sacó recortes de periódico en los que parecía el Bernabeu, la colección de trofeos... Y me aclaró que no podía morirse sin ver jugar al Madrid en el Bernabeu. La verdad es que si viniesen a jugar al país, la gente pagaría LO QUE FUESE. Deberían pensárselo.
El doctor me atendió muy bien, me tomó la tensión, el pulso, me miró la respiración, me hizo sacar la lengua... Esas cosas que parece que los doctores sólo hacen para que veas que hacen algo. Por fin, me auscultó la tripa y me vaticinó más caca líquida a juzgar por los ruidos. Yo le dije que me había tomado una pastilla y se rió por lo de que funcionase aquello. Me recetó un par de cosas más y me mandó hacer un análisis de heces.
Fui al sitio donde se hacían los análisis y si no hubiese sido por el tapaculos que tomé, hubiese podido dar allí mismo la muestra, pero no hubo forma por mucho que apretase. Así que habría que volver el lunes con la cajita llena.
El plan para el fin de semana era: ir a San Miguel, dormir en algún lado y el domingo por la mañana salir temprano para escalar el volcán de San Miguel, o Chaparrastique. Pero el caso es que Carlos es el de San Miguel y el que nos iba a llevar, y tenía una reunión por la tarde y no podía ir. Así que yo no sabía qué carajo iba a pasar al fin. Si íbamos o no. Llamé a Cecile y ella tampoco sabía mucho. Por fin llamó Mario y me dijo que dentro de una hora, en la universidad de Adonay, que de allí partiríamos. Así que preparé la mochila y salí para allá corriendo.
Llegué a la hora y fui la primera, por allí estaba Adonay con un amigo y nos sentamos a esperar a los otros. Llegaron: Marta, Mario, Cecile, Marie (otra francesa que acaba de llegar a FUCRIDES aunque se va ya a Honduras), Maureen, Vicente y Priscilla (otros dos becarios de la misma beca que yo).
Nos metimos en el remolque del picachús, yo sentada en la rueda de repuesto y con pantalones blancos, estupendo, ya llevaba el culo negro, pero no era nada comparando con cómo iban a quedar los benditos pantalones.
El viaje duró tres horas. Para alojarnos, habíamos decidido llamar a Heráclito y Claudia, los dos colombianos compañeros de beca, que viven en San Miguel. Al llegar, llamamos al teléfono de contacto que teníamos y la señora nos dijo que iría a buscar a estos dos y llevarlos al parque donde estábamos. Llegó la señora en coche sin ellos y dijo que iría a buscarlos al ciber, que probablemente estarían allá. Volvió sin ellos porque no estaban y directamente nos ofreció su casa para dormir. Qué cielo de señora, se llamaba Lucy. Nosotros le dijimos que no podíamos aceptar eso y logramos convencerla de que nos llevase hasta la casa de la pareja y allí veríamos cómo lo solucionábamos.
Al final nos distribuímos en las dos casas, yo fui con Cecile, Marie, Priscilla y Maureen a casa de Lucy, que resultó tener una casa enorme y con espacio para todos, como ella decía. Más tarde averiguamos que había sido enfermera en la guerra y luego se había ido a EEUU a seguir estudios de taxidermia. Claro, debe ser de las pocas que existen en el país y aunque trabaja 24 horas al día y 7 días a la semana (los muertos son muy desconsiderados, se mueren sin pensar en los demás) se ve que da sus frutos y cobra muy bien. ¿Qué si da yuyu dormir en la casa de una taxidermista? Pues no tenía ningún animal disecado a la vista, y mucho menos ninguna persona, así que entre lo cansadas que estábamos y que nos teníamos que levantar a las 5 am... Dormimos como unos angelitos.
Antes de cenar pasamos por el súper, para comprar la comida del día siguiente. Muchas galletas, pan bimbo, latas de atún, jamón de york (o lo más parecido a eso que hay aquí), tomate, pepino, muuucha agua y alguna otra coseja. Yo me hice con más galletas para mi desayuno, no pensaba comer en un comedor por ahí con el estómago como lo tenía, seguro que me daban frijoles y eso es lo último que necesitaba.
Cenamos en una pupusería muy a pesar de mi estómago, que no debía tomar cosas grasientas ni difíciles de digerir, pero a esas horas era lo único abierto. A todo esto, yo me había enfadado mucho con Adonay por llamarme bicha con pisto de nuevo. Le retiré la palabra y todavía sigo sin hablarle más de lo necesario, por pura fórmula de cortesía. Me jode mucho. Será cierto que tengo más dinero que él, vengo de otro país más desarrollado, en parte eso es inevitable. Pero el tono con el que me dijo lo de bicha con pisto porque quería ir al Burguer King a por una ensalada que no le hiciese daño a mi estómago... Ya ves tú: 2$ costaba el menú de oferta, y él se gastó 2.1$ (0.7x3) tan sólo con las cervezas de la cena. Pues que le jodan, y más si ni siquiera ha intentado disculparse.
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EDWIN GIL -