Sábado 24 de enero. Viaje a Esquipulas. El día de las colas.
Qué noche más mala pasé. Además de corta (había que levantarse a las 4am), no me puse los tapones en los oídos para poder escuchar la alarma del reloj, así que todos los ruidos del salón y de la calle me estuvieron molestando toda la noche. Y es que no paran de pasar trailers ni a las 2am.
Ya tenía preparadas todas mis cosas, así que ducha y a la calle. Brrr, qué agua más fría y encima no había ni un rayito de sol para secarme. Fui con Alicia hasta el sitio donde debía venir el bus, eran ya las 4.50 y el bus debía venir a las 4.45. Allí había ya mucha gente de la que íbamos a ir, pero aún faltaba gente, y para cuando llegó el bus siguió faltando. Como son así de generosos, esperaron y a las 5.30 con todo el mundo en el bus partimos. Podía haber dormido por lo menos media hora más, grrrr.
Me senté con Alicia, que me dijo que en el pasillo se mareaba así que le dejé la ventanilla (la orilla que dicen ellos). Qué mala suerte, porque yo tenía pensado dormir y sin ventanilla en la que apoyarme eso iba a ser bastante chungo. Encima, ya os he comentado cómo son los buses en este país. Las rodillas se me clavaban en el asiento delantero. Menos mal que al menos al llegar pronto, no me tocó encima de una rueda, eso ya es criminal. Resumiendo, que a pesar de mis dos almohaditas (una iba colocada en el trasero para amortiguar los baches, ya que a la hora de fabricar el asiento no se habían explayado mucho al poner la gomaespuma) me costó horrores encontrar una postura para echar una cabezadita. Eso unido a que para cuando la encontré ya se iba haciendo de día y tuve que tapar mi cabeza con una toalla (no había cortinas, claro) y unido también a que a pesar de ser viejas culonas las que viajaban en el bus gritaban como adolescentes en el viaje de fin de curso.... Al menos el conductor tuvo la decencia de no poner música (no hubo tanta suerte en el viaje de vuelta).
Gerardo era el más pequeño del bus, pero había unos cuantos niños más. Pero aunque era el que menos abultaba, era el que más escándalo hacía. Yo ya le dejé bien clarito que no iba a lograr conquistarme si no hacía otra cosa que llorar porque no le dejaban pasear por el bus. Pero parece que sólo se interesa por mí cuando yo no estoy.
Llegamos a la frontera. Primero hay que registrar la salida de El Salvador y luego la entrada en Guatemala. El resto del bus iba apuntado en un listado de "excursiones" y el organizador de la excursión (don Napo(león)) se encargaba de llevarlo a migración. Yo tenía que conseguir un simple sello en el pasaporte... Pues una odisea, oigan. Primeramente porque no éramos el único bus que iba hacia Esquipulas, así que en el registro de salida especial para excursiones había como 50 personas más y don Napo no es que esté en la flor de su juventud... Y esa picardía que caracteriza a los más jóvenes a la hora de colarse se transforma con la edad en una sorprendente habilidad para no enterarse de que se te están colando. Pero no podía vigilarlo porque yo estaba en mi propia lucha para llegar a mi correspondiente ventanilla.
Meme (el padre de Gerardo) se puso a hacer cola conmigo, pues parecía que se había formado otra cola alternativa y había que explotar todas las posibilidades. Nosotros 3 éramos los únicos que habíamos ido a hacer papeleo. Nuestra cola no avanzaba naaada. La gente llevaba consigo los papeles de otras 5 personas así que aunque había 10 personas delante de mí, se transformaban en 50. Y no sé por qué carajo les lleva tanto tiempo a los oficiales el despachar a la gente si está todo digitalizado. Los documentos de identidad se escanean y así se incluyen automáticamente todos los datos en el formulario electréonico. Con mi pasaporte pasaba lo mismo, escaneado y aparecía mi foto en la pantalla de la computadora del tipo y todos los datos en diferentes casilleros.
Por supuesto, se colaba la gente que daba gusto. Yo intenté llamarles la atención, pero era un tipo con una pinta infame y ya sabéis que en este país cualquiera va armado... No quería arriesgarme y además, había un tipo 2x2 detrás de mí que también estaba muy mosqueado. Yo lo miraba como diciéndole: dile algo al tipo este que se nos está colando. Pero no había forma. De toda la cola fui la única que le plantó algo de cara. Ya cuando quiso colar a otro amigo delante de mí si que no lo dejé pasar. Puse mi brazo en forma de barrera y le dije "haga la cola como todo el mundo".
Y lo más sorprendente es que los únicos oficiales ineptos deben ser los de El Salvador, porque en el registro de entrada a Guatemala, no había ni un alma. Y digo yo que todos los que acabasen sus papeleos en E.S. tenían que pasar por Guate y volver a formar una enorme cola... Pues nada de eso.
Me sorprende bastante la facilidad de paso entre ambos países. Yo podría haber pasado sin que me sellasen el pasaporte en ninguno de los dos lados. Sólo me lo pedían en la ventanilla y no es como en el aeropuerto que tienes que enseñarlo para pasar al otro lado y de allí ya no puedes salir ni entrar sin enseñar el pasaporte. Sencillamente, hacías cola en un sitio, volvías a tu autobús, llegabas a la ventanilla de Guatemala, te lo sellaban y volvías a tu bus de nuevo. Pero podías pasar por delante de las ventanillas sin sellar el pasaporte, no había ninguna barrera ni nada así.
Por otra parte, en lo de las excursiones, el organizador se lleva los DUIs (DNIs) de todos los excursionistas, pero nadie comprueba que los viajeros sean los mismos del listado. Con lo que sí se ponen muy muy quisquillosos es con los niños. Hay que llevar la partida de nacimiento original para que los dejen pasar. Se necesita otro documento, pero no recuerdo cual es.
Llegamos por fin al pueblecito. Estaba a rebosar de gente y había que buscar un hotel. Nos quedamos en el parque de la iglesia mientras un par de hombres iban a ver que encontraban por la zona. Había otra zona de hoteles más baratos, pero quedaba más alejada y para volver por la noche era menos seguro.
Meme regresó diciendo que había encontrado una habitación para 6 personas por 350 quetzales (38.5 euros). Eso es bastante caro en Guatemala. Pero íbamos a dormir 9 personas allí así que nos salía bien. Cómo dormi 9 personas? Pues eran 3 camas dobles y con dos colchones cada una, se bajaba un colchón al suelo y listo. Nos metimos en la habitación: Alicia, su hermana Consuelo, Brenda (hija de consuelo y madre de Gerardo), Meme, Gerardo, Estela (no sé qué es de la familia) y su hija Maria José (9 años) y la abuela Toya (madre de Alicia). Menos mal que sólo íbamos a dormir una noche allí. Al menos tenía baño privado (eso sí que es un lujo, suelen ser compartidos) y hasta televisión por cable. Me enteré de que tenía agua caliente, pero como me dejaron la última para bañarme, no me quedó nada. Y dormí en el suelo. A la hora de pagarla sólo pagamos entre 6 (Brenda, Meme, Alicia, Consuelo, Estela y yo), no entiendo muy bien por qué, pero me salió por 6 euros la noche, así que no dije nada.
Tocaba ir a visitar al Cristo Negro. La cola de entrada salía fuera de la basílica y daba un par de vueltas. Brenda y yo salimos más tarde, nos quedamos viendo un poco el partido de fútbol del Madrid con Meme, hasta que vimos que no se pensaba despegar del televisor y nos fuimos a comer algo. Otra cola más en el "Pollo Campero". Lentísimos, oye. Pero nos fuimos con una hamburguesa, papas y bebida pequeñas por Q11 (E1.2). Así tuvimos algo que hacer en el primer cuarto de hora de espera en la cola para ver al Cristo Negro: comer. De todas formas, Gerardo ya se ocupó de entretener todo el camino, no dejaba de joder el malcriado.
Dos horas de cola hicimos. Y no era el día que peor estaba. El 15 de enero podías hacer colas de hasta 6 horas, supongo que debido a la gente que la hacía entera arrodillados y a que había muchíisima gente más por ser la fiesta del pueblo.
Sí lo que querían era penitencia, la lograban. Por fin llegamos al famoso Cristo Negro. Por el camino había muchos cuadros que habían hecho con las ofrendas que le habían hecho al Cristo a lo largo de los años: virgencitas, figuritas de penitentes, plaquitas de agradecimiento por algún milagro concedido, joyas... Como la virgen de Guadalupe, este debía de condecer todos los milagros. No entiendo por qué este Cristo sí y cualquier otro no... Pero así son estos católicos :P
El Cristo, bastante bonito. Muy adornado con mucho oro y todo eso, pero tampoco era tan impresionante, ni siquiera era muy grande. Lo más gracioso era abandonar el lugar. Se pasaba alrededor del Cristo, empezando por su espalda. Se rodeaba entero hasta que te colocabas justo enfrente a él. Entonces lo tocabas (mentira, tocabas el cristal de la urna donde estaba metido), te santiguabas, pedías tu milagro y te alejabas de allí. Pero te alejabas de espaldas. Ahí comprendí que el Cristo este debía ser realmente milagroso. Porque había que hacer todo el camino hasta salir del edificio (no toda la cola) de espaldas. Y no crean que era algo fácil. El camino era cuesta abajo, tortuoso y resbaladizo. Vamos, que era un auténtico milagro que las viejecitas que llegaban a adorarlo no se rompiesen la cadera en el camino de vuelta. Casi me caigo yo...
Brenda estaba muy emocionada y hasta lloraba, aunque también era por asuntos personales que no viene al cuento que yo airee aquí. Estuvimos un rato en la basílica hasta que salieron los demás. Yo me dediqué a jugar con la cera de las velas que dejaban por los suelos. Muy Tirma el hacer esas cosas, pero me aburría.
Cuando ya salieron todos, Brenda, Meme, Gerardo y yo fuimos al lateral de la basílica. Resulta que a las horas en punto, salía un sacerdote a bendecir con agua a cuanta persona se pusiese en la fila. Quién dice persona, dice lo que llevaban las personas: desde estatuillas de vírgenes a dulces típicos de la zona. Brenda y Meme decían que un baño de agua bendita haría que el niño estuviese callado y quietecito. Así que nos alineamos y allí llegó el cura... Iba con un cubo naranja y una escobilla en las manos. Metía la escobilla en el cubo y empapaba a todo lo que se le ponía por el camino. Y digo empapaba porque soltaba unos goterones con aquello... Era refrescante al menos. Hubo una señora que se puso a perseguirlo toda la cola porque el agua no había tocado una de las figuritas que llevaba. El cura le decía: póngase a la cola, pero la señora no quería oírlo. El agua bendita no me quemó ni nada así, me alegro de no tener nada que ver con Satanás. Creo que no tocaba agua bendita desde los 10 años o por ahí, cuando me salpicaba con mis primos pequeños con el agua en la iglesia de mi pueblo.
Y después fuimos de compras. Hay muchísimos puestos de artesanías, pero para mi pena, muy poca variedad. El puesto que no estaba dedicado a vender rosarios y similares, vendía velas para ofrecer y los que nada de eso, repetían los bolsos y mantas guatemaltecos hasta la saciedad. Aún así me compré: un poncho que me ofrecían por 130Q (14E) y saqué por 80Q (8.75E), un pañuelo-bufanda multicolor por 1.65E, por el mismo precio un bolsito tb multicolor, un gorrito en color crudo por 2.2E, una pulsera y un collar por 1E (los dos, no cada), por un euro cada uno compré un colgantito de plata y una cinta para el pelo. Y luego compré 3Q de conserva de coco, muy empalagosa pero típica y rica.
Ya por la noche volvimos al hotel y fuimos con Alicia a comer carne asada. Te ponían un plato con un filetito (delgado, para qué engañarnos, pero MUY sabroso), un par de cebollines, tres tortillas (que aquí las hacen mucho más delgaditas), frijoles y puré de papa (una cucharada grande de cada) por 12Q (1.3E). Si os doy tanto precio es porque hay gente que me pregunta cuánto cuestan las cosas por aquí. Os doy precios de Guatemala, que es más barato que El Salvador. Es para que os fijéis en dónde pueden ser esas vacaciones de ensueño que queréis hacer pero no tenéis dinero. Buscando billete con antelación y en temporada baja, 15 días en Guatemala os pueden salir bastante más baratos que una semana en Italia, en igualdad de condiciones (es decir, si comparas el dormir en un hotel en Guatemala y el dormir en uno en Italia, uno puede ser 12E la noche y el otro 45E, ahora si en Italia vas de camping, ya cambia mucho la cosa). En Guatemala, con $20 al día (16E) se puede turistear decentemente.
Llegó la hora de dormir y yo lo primero que hice fue ponerme los tapones en los oídos. Benditos sean. Obviamente, entre tanta gente en la habitación, alguno tenía que hacer que roncase. Me contaron a la mañana siguiente que había 2 que roncaron. Yo por la noche algo me pareció oír en alguno de los momentos que pasaron por encima de nuestro colchón para ir al baño. Pero era un ruido apagado y lejano... Los tapones me salvaron la noche, porque para el resto fue muy agitada. A mí sólo me molestaron las idas y venidas al baño a través de mi colchón. Por suerte, Alicia y yo dormíamos en la orillita del colchón y no nos pisotearon.
Ya tenía preparadas todas mis cosas, así que ducha y a la calle. Brrr, qué agua más fría y encima no había ni un rayito de sol para secarme. Fui con Alicia hasta el sitio donde debía venir el bus, eran ya las 4.50 y el bus debía venir a las 4.45. Allí había ya mucha gente de la que íbamos a ir, pero aún faltaba gente, y para cuando llegó el bus siguió faltando. Como son así de generosos, esperaron y a las 5.30 con todo el mundo en el bus partimos. Podía haber dormido por lo menos media hora más, grrrr.
Me senté con Alicia, que me dijo que en el pasillo se mareaba así que le dejé la ventanilla (la orilla que dicen ellos). Qué mala suerte, porque yo tenía pensado dormir y sin ventanilla en la que apoyarme eso iba a ser bastante chungo. Encima, ya os he comentado cómo son los buses en este país. Las rodillas se me clavaban en el asiento delantero. Menos mal que al menos al llegar pronto, no me tocó encima de una rueda, eso ya es criminal. Resumiendo, que a pesar de mis dos almohaditas (una iba colocada en el trasero para amortiguar los baches, ya que a la hora de fabricar el asiento no se habían explayado mucho al poner la gomaespuma) me costó horrores encontrar una postura para echar una cabezadita. Eso unido a que para cuando la encontré ya se iba haciendo de día y tuve que tapar mi cabeza con una toalla (no había cortinas, claro) y unido también a que a pesar de ser viejas culonas las que viajaban en el bus gritaban como adolescentes en el viaje de fin de curso.... Al menos el conductor tuvo la decencia de no poner música (no hubo tanta suerte en el viaje de vuelta).
Gerardo era el más pequeño del bus, pero había unos cuantos niños más. Pero aunque era el que menos abultaba, era el que más escándalo hacía. Yo ya le dejé bien clarito que no iba a lograr conquistarme si no hacía otra cosa que llorar porque no le dejaban pasear por el bus. Pero parece que sólo se interesa por mí cuando yo no estoy.
Llegamos a la frontera. Primero hay que registrar la salida de El Salvador y luego la entrada en Guatemala. El resto del bus iba apuntado en un listado de "excursiones" y el organizador de la excursión (don Napo(león)) se encargaba de llevarlo a migración. Yo tenía que conseguir un simple sello en el pasaporte... Pues una odisea, oigan. Primeramente porque no éramos el único bus que iba hacia Esquipulas, así que en el registro de salida especial para excursiones había como 50 personas más y don Napo no es que esté en la flor de su juventud... Y esa picardía que caracteriza a los más jóvenes a la hora de colarse se transforma con la edad en una sorprendente habilidad para no enterarse de que se te están colando. Pero no podía vigilarlo porque yo estaba en mi propia lucha para llegar a mi correspondiente ventanilla.
Meme (el padre de Gerardo) se puso a hacer cola conmigo, pues parecía que se había formado otra cola alternativa y había que explotar todas las posibilidades. Nosotros 3 éramos los únicos que habíamos ido a hacer papeleo. Nuestra cola no avanzaba naaada. La gente llevaba consigo los papeles de otras 5 personas así que aunque había 10 personas delante de mí, se transformaban en 50. Y no sé por qué carajo les lleva tanto tiempo a los oficiales el despachar a la gente si está todo digitalizado. Los documentos de identidad se escanean y así se incluyen automáticamente todos los datos en el formulario electréonico. Con mi pasaporte pasaba lo mismo, escaneado y aparecía mi foto en la pantalla de la computadora del tipo y todos los datos en diferentes casilleros.
Por supuesto, se colaba la gente que daba gusto. Yo intenté llamarles la atención, pero era un tipo con una pinta infame y ya sabéis que en este país cualquiera va armado... No quería arriesgarme y además, había un tipo 2x2 detrás de mí que también estaba muy mosqueado. Yo lo miraba como diciéndole: dile algo al tipo este que se nos está colando. Pero no había forma. De toda la cola fui la única que le plantó algo de cara. Ya cuando quiso colar a otro amigo delante de mí si que no lo dejé pasar. Puse mi brazo en forma de barrera y le dije "haga la cola como todo el mundo".
Y lo más sorprendente es que los únicos oficiales ineptos deben ser los de El Salvador, porque en el registro de entrada a Guatemala, no había ni un alma. Y digo yo que todos los que acabasen sus papeleos en E.S. tenían que pasar por Guate y volver a formar una enorme cola... Pues nada de eso.
Me sorprende bastante la facilidad de paso entre ambos países. Yo podría haber pasado sin que me sellasen el pasaporte en ninguno de los dos lados. Sólo me lo pedían en la ventanilla y no es como en el aeropuerto que tienes que enseñarlo para pasar al otro lado y de allí ya no puedes salir ni entrar sin enseñar el pasaporte. Sencillamente, hacías cola en un sitio, volvías a tu autobús, llegabas a la ventanilla de Guatemala, te lo sellaban y volvías a tu bus de nuevo. Pero podías pasar por delante de las ventanillas sin sellar el pasaporte, no había ninguna barrera ni nada así.
Por otra parte, en lo de las excursiones, el organizador se lleva los DUIs (DNIs) de todos los excursionistas, pero nadie comprueba que los viajeros sean los mismos del listado. Con lo que sí se ponen muy muy quisquillosos es con los niños. Hay que llevar la partida de nacimiento original para que los dejen pasar. Se necesita otro documento, pero no recuerdo cual es.
Llegamos por fin al pueblecito. Estaba a rebosar de gente y había que buscar un hotel. Nos quedamos en el parque de la iglesia mientras un par de hombres iban a ver que encontraban por la zona. Había otra zona de hoteles más baratos, pero quedaba más alejada y para volver por la noche era menos seguro.
Meme regresó diciendo que había encontrado una habitación para 6 personas por 350 quetzales (38.5 euros). Eso es bastante caro en Guatemala. Pero íbamos a dormir 9 personas allí así que nos salía bien. Cómo dormi 9 personas? Pues eran 3 camas dobles y con dos colchones cada una, se bajaba un colchón al suelo y listo. Nos metimos en la habitación: Alicia, su hermana Consuelo, Brenda (hija de consuelo y madre de Gerardo), Meme, Gerardo, Estela (no sé qué es de la familia) y su hija Maria José (9 años) y la abuela Toya (madre de Alicia). Menos mal que sólo íbamos a dormir una noche allí. Al menos tenía baño privado (eso sí que es un lujo, suelen ser compartidos) y hasta televisión por cable. Me enteré de que tenía agua caliente, pero como me dejaron la última para bañarme, no me quedó nada. Y dormí en el suelo. A la hora de pagarla sólo pagamos entre 6 (Brenda, Meme, Alicia, Consuelo, Estela y yo), no entiendo muy bien por qué, pero me salió por 6 euros la noche, así que no dije nada.
Tocaba ir a visitar al Cristo Negro. La cola de entrada salía fuera de la basílica y daba un par de vueltas. Brenda y yo salimos más tarde, nos quedamos viendo un poco el partido de fútbol del Madrid con Meme, hasta que vimos que no se pensaba despegar del televisor y nos fuimos a comer algo. Otra cola más en el "Pollo Campero". Lentísimos, oye. Pero nos fuimos con una hamburguesa, papas y bebida pequeñas por Q11 (E1.2). Así tuvimos algo que hacer en el primer cuarto de hora de espera en la cola para ver al Cristo Negro: comer. De todas formas, Gerardo ya se ocupó de entretener todo el camino, no dejaba de joder el malcriado.
Dos horas de cola hicimos. Y no era el día que peor estaba. El 15 de enero podías hacer colas de hasta 6 horas, supongo que debido a la gente que la hacía entera arrodillados y a que había muchíisima gente más por ser la fiesta del pueblo.
Sí lo que querían era penitencia, la lograban. Por fin llegamos al famoso Cristo Negro. Por el camino había muchos cuadros que habían hecho con las ofrendas que le habían hecho al Cristo a lo largo de los años: virgencitas, figuritas de penitentes, plaquitas de agradecimiento por algún milagro concedido, joyas... Como la virgen de Guadalupe, este debía de condecer todos los milagros. No entiendo por qué este Cristo sí y cualquier otro no... Pero así son estos católicos :P
El Cristo, bastante bonito. Muy adornado con mucho oro y todo eso, pero tampoco era tan impresionante, ni siquiera era muy grande. Lo más gracioso era abandonar el lugar. Se pasaba alrededor del Cristo, empezando por su espalda. Se rodeaba entero hasta que te colocabas justo enfrente a él. Entonces lo tocabas (mentira, tocabas el cristal de la urna donde estaba metido), te santiguabas, pedías tu milagro y te alejabas de allí. Pero te alejabas de espaldas. Ahí comprendí que el Cristo este debía ser realmente milagroso. Porque había que hacer todo el camino hasta salir del edificio (no toda la cola) de espaldas. Y no crean que era algo fácil. El camino era cuesta abajo, tortuoso y resbaladizo. Vamos, que era un auténtico milagro que las viejecitas que llegaban a adorarlo no se rompiesen la cadera en el camino de vuelta. Casi me caigo yo...
Brenda estaba muy emocionada y hasta lloraba, aunque también era por asuntos personales que no viene al cuento que yo airee aquí. Estuvimos un rato en la basílica hasta que salieron los demás. Yo me dediqué a jugar con la cera de las velas que dejaban por los suelos. Muy Tirma el hacer esas cosas, pero me aburría.
Cuando ya salieron todos, Brenda, Meme, Gerardo y yo fuimos al lateral de la basílica. Resulta que a las horas en punto, salía un sacerdote a bendecir con agua a cuanta persona se pusiese en la fila. Quién dice persona, dice lo que llevaban las personas: desde estatuillas de vírgenes a dulces típicos de la zona. Brenda y Meme decían que un baño de agua bendita haría que el niño estuviese callado y quietecito. Así que nos alineamos y allí llegó el cura... Iba con un cubo naranja y una escobilla en las manos. Metía la escobilla en el cubo y empapaba a todo lo que se le ponía por el camino. Y digo empapaba porque soltaba unos goterones con aquello... Era refrescante al menos. Hubo una señora que se puso a perseguirlo toda la cola porque el agua no había tocado una de las figuritas que llevaba. El cura le decía: póngase a la cola, pero la señora no quería oírlo. El agua bendita no me quemó ni nada así, me alegro de no tener nada que ver con Satanás. Creo que no tocaba agua bendita desde los 10 años o por ahí, cuando me salpicaba con mis primos pequeños con el agua en la iglesia de mi pueblo.
Y después fuimos de compras. Hay muchísimos puestos de artesanías, pero para mi pena, muy poca variedad. El puesto que no estaba dedicado a vender rosarios y similares, vendía velas para ofrecer y los que nada de eso, repetían los bolsos y mantas guatemaltecos hasta la saciedad. Aún así me compré: un poncho que me ofrecían por 130Q (14E) y saqué por 80Q (8.75E), un pañuelo-bufanda multicolor por 1.65E, por el mismo precio un bolsito tb multicolor, un gorrito en color crudo por 2.2E, una pulsera y un collar por 1E (los dos, no cada), por un euro cada uno compré un colgantito de plata y una cinta para el pelo. Y luego compré 3Q de conserva de coco, muy empalagosa pero típica y rica.
Ya por la noche volvimos al hotel y fuimos con Alicia a comer carne asada. Te ponían un plato con un filetito (delgado, para qué engañarnos, pero MUY sabroso), un par de cebollines, tres tortillas (que aquí las hacen mucho más delgaditas), frijoles y puré de papa (una cucharada grande de cada) por 12Q (1.3E). Si os doy tanto precio es porque hay gente que me pregunta cuánto cuestan las cosas por aquí. Os doy precios de Guatemala, que es más barato que El Salvador. Es para que os fijéis en dónde pueden ser esas vacaciones de ensueño que queréis hacer pero no tenéis dinero. Buscando billete con antelación y en temporada baja, 15 días en Guatemala os pueden salir bastante más baratos que una semana en Italia, en igualdad de condiciones (es decir, si comparas el dormir en un hotel en Guatemala y el dormir en uno en Italia, uno puede ser 12E la noche y el otro 45E, ahora si en Italia vas de camping, ya cambia mucho la cosa). En Guatemala, con $20 al día (16E) se puede turistear decentemente.
Llegó la hora de dormir y yo lo primero que hice fue ponerme los tapones en los oídos. Benditos sean. Obviamente, entre tanta gente en la habitación, alguno tenía que hacer que roncase. Me contaron a la mañana siguiente que había 2 que roncaron. Yo por la noche algo me pareció oír en alguno de los momentos que pasaron por encima de nuestro colchón para ir al baño. Pero era un ruido apagado y lejano... Los tapones me salvaron la noche, porque para el resto fue muy agitada. A mí sólo me molestaron las idas y venidas al baño a través de mi colchón. Por suerte, Alicia y yo dormíamos en la orillita del colchón y no nos pisotearon.
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