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Desde El Salvador

Sábado 17 de enero. De compras por el centro.

Amanecí más tarde que nunca ¡las 10 de la mañana! Bárbaro. Inconcebible. Se me quedaron mirando con cara rara, pero ya saben que allí uso los tapones para los oídos y no me entero de nada. Además, lo creáis o no, los antifaces del avión son muy útiles y cuando llegas a las 3 de la mañana y amanece a las 6, son indispensables.
Después de comer, echarnos una siesta y reunir fuerzas, Érika me llevó por el centro para hacer algunas compras. Repito por quincuagésima vez: me encanta aquello. Los precios, la gente, la variedad de cosas. El abarrotamiento no es de lo más agradable, pero es un abarrotamiento mucho más sano que el de Madrid. Casi da gusto toparse con la gente.
Fuimos a comprar la lavadora. Estaba de oferta, la habían rebajado 30$ desde la semana pasada. De pm, si es que estaba destinada a ser ella la "Paca" (así hay que llamarla, que la ha donado papá). La señora de electrodomésticos, que trabaja a comisión, estaba muy feliz. Yo sólo lo sentí por el hombre que nos la había enseñado el fin de semana pasado, que no se llevó la comisión. Nos dijeron que nos la llevarían empacada a casa de Alfredo el lunes.
Y antes de ir a casa, a cortarme el pelo. Buscamos por la zona de peluquerías a Nazaria, la ex de Alexander. Pero en su peluquería estaba sólo la madre y Érika me previno: con esa mujer no, que es de lo más chambroso (cotilla) del universo. Así que fuimos a la que estaba al lado de su casa. Mientras secaba el pelo a otra chica, estuvimos mirando fotos de revistas para buscar el corte. Había muchos muy chulos, pero a saber si me quedarían bien a mí. Le preguntamos a la señora y me gustó su opinión. El resultado... Pelo cortito, jejeje. Fuera calor, fuera coletas, fuera pelo húmedo a la hora de acostarme. A la señora le daba mucha pena cortarme el pelo. Claro, aunque en España mi color es de lo más vulgar (castaño cenizo), aquí es muy raro verlo y a la señora le encantaba. "Ay, con lo bien cuidado que lo tienes, con lo bonito que es el color...". Pero quedó bien. Al menos yo estoy contenta con el corte. Y a todas las mujeres les gusta y a todos los hombres les disgusta. Bueno, a Pablo le ha gustado y con eso me doy con un canto en los piños.

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