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Desde El Salvador

Viernes 28 de noviembre. Organizando la biblioteca y a buscar a los colombianos.

Manos a la obra, me llevaron a un cuarto que tiene FUCRIDES donde las oficinas y me enseñaron la montonera de libros que tenía que clasificar. Me llevé mi ordenador para esto. Hice un cuadro en excel y me pasé la mañana metiendo los datos de cada libro en la computadora. Al principio eran libros de agronomía, pero luego empezaron a salir novelas, y más tarde cuentos y libros de texto de diferentes donaciones. Me resultaba gracioso el ver que eran de chavales de Pozuelo los libros. A saber qué será ahora de esos chicos y chicas, pero yo puedo contarles dónde acabaron sus libros.
En el transcurso de la mañana, aparecieron por ahí Heráclito y Claudia, dos colombianos que están en el mismo programa de becas que yo, pero que por problemas de visado no habían podido llegar hasta ayer. Heráclito está en FUCRIDES, pero Claudia no. A Heráclito lo han destinado a Comacarán, bastante lejos de la capital, así que Claudia ha pedido a su organización irse allí. Ah, son esposos. A Claudia yo ya la conocía de las reuniones de antes de venir.
Quiá, no sé si hice algo más este día, no recuerdo. Supongo que estuve todo el día enfrascada en los libros. Sé que me llamaron mis padres para pedirme el número de pasaporte para los billetes, y que luego me llamó la de la agencia de viajes y ya acordamos que el lunes pasaría a por los billetes por la oficina de Iberia en la capital. Qué alegría, ya tan cerca de los billetes. No es que me desagrade esto, es que apetece mucho volver por Navidad como el de El Almendro.
Cuando salimos de la oficina, fuimos a dejar a los franceses (Alfredo y yo). Alfredo tenía intención de ir a dejarme a su casa y luego ir a por los colombianos, que estaban a tomar por culo hospedados (no sabemos por qué) y querían cambiarse. Le dije que sería dar mucha vuelta, que me iba con él y así le hacía compañía. No veáis lo que lo agradeció. La verdad es que era un largo camino y había hambre, pero nos prometimos el ir a cenar por ahí un buen filete (no de polloooo).
Al llegar al lugar vimos que Priscilla (otra becaria) también venía con ellos, así que todos al coche, más las maletas. Por el camino fui hablando con ellos, Priscilla me contó que había ido a Guatemala solita, aunque allí conoció a una australiana con la que pasó el tiempo. Qué valiente, o qué arriesgada...
Resulta que FUCRIDES les había reservado habitación en el mismo hotel que los franceses, pero estos dos no dijeron que se iban a quedar en casa de Priscilla. Allí estaban Consoli y Elena (más becarias) y conocí su casa, que está cerquita de "La Luna", el bar famoso entre los turistas.
Alfredo y yo fuimos en busca de nuestra deseada cena. Me llevó a "Mamá Chuz" un sitio donde sirven carne de res (nunca de ternera, siempre vaca vieja) bastante rica. Me puse hasta arriba, también me tomé una patata asada con queso y margarina. El camarero se encaprichó conmigo o algo, porque cada 2x3 pasaba por la mesa a preguntarme si estaba todo bien, si me gustaba, si el licuado "especialmente hecho para mí" me agradaba... Alfredo se quedó flipando de la buena atención. Ya le dije yo que por ser extranjera me atienden bien en todas partes. Un licuado de coco que tomé... Agggg, qué rico. Si encuentro en Cara Sucia quién me lo haga, abandonaré a la muchacha de los licuados de plátano. Invité a Alfredo, que hoy me había invitado a almorzar y no podía escaparse.
Llegamos a casa un poco tarde, pero allí estaban todos despiertos. Yo soy la rara que se acuesta a las 20 horas, jejeje, ya me acostumbré al campo. Es una familia estupenda. De verdad. Los voy a adoptar, ya he decidido que pasaré con ellos el 24 y 25. Todavía tengo que pensar qué les llevo de regalo.

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