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Desde El Salvador

Jueves 20 de noviembre. De vuelta del Río Paz. Bajada a Cara Sucia.

A las 5 am esta gente estaba ya arriba, bañándose en el río. Yo remoloneaba en la cama, porque era bien de noche, y total, con la ropa que me había acostado era con la que me iba a ir. Ya me daría una buena ducha al llegar a casa. O eso pensaba yo, que resulta que el agua estaba cortada. Qué fastidio al llegar.
Nos pusimos en camino, yo con la linterna no fuese a torcerme más el tobillo, que me molestaba un poco. Para colmo, se ve que estuve demasiado tiempo en una postura de lado, y una cadera la tenía muy dolorida. Andando se pasa todo, jejeje. Pues no mucho, pero no molestó tanto como pensé que molestaría.
Para salir de la orilla del río había que trepar por un camino que a mí me pareció un muro de roca semi-vertical. Yo dormida, a oscuras, con la lámpara colgada al cuello para tener las manos libres para agarrarme... No me caí al río de milagro. Luego por el camino poco a poco salió el sol. Qué bonito, estábamos cruzando unos campos de maicillo en unas colinas y el sol saliendo por el horizonte. Precioso. Pena de prisa que llevábamos que no pude pararme a tomar una foto.
Llegamos al punto por el que pasaba un pick up hacia el pueblo (La Hachadura) y nos tiramos allí a dormitar. Estábamos molidos de no haber descansado durante la noche, y habían sido 1 hr 45 min de camino a toda prisa, cuesta arriba y abajo todo el rato.
Desayunamos en el pueblo y tomamos un bus hacia Cara Sucia, por poco no nos quedamos dormidos y vamos hasta Sonsonate. Allí pick up y arriiiba. Creo que todos fuimos a echarnos un rato. Yo del calor no podía dormir bien. Encima sin agua. Ole. Antes de comer, hice un amago de ducharme con un bidón de agua que tenía yo lleno para una ocasión como esta. Con lo que pesaba, a la cabeza no llegaba a levantarlo. Fue muy precaria la duchita, pero algo me refrescó.
Comimos el cusuco famoso, supongo que lo trajo Sebas, a saber cómo, porque refrigeradora no llevábamos. Pero ya estoy acostumbrada a que las condiciones higiénicas no sean las óptimas. Sólo hay que ver la cocina del centro para darse cuenta de que no es lo más limpio de la zona. Las hormigas campan a sus anchas por todas partes. Toda clase de bichos salen corriendo cuando levantas una cacerola. Hay paquetes medio abiertos que son criaderos de insectos. Ya tengo claro de dónde saca esta gente la proteína de la dieta. Los estropajos necesitaban haber sido cambiados hace unos cuantos meses, el sistema de fregado (cada cual lo suyo) deja mucho que desear, ya que la gente sólo lava el lado en el que estaba la comida, la trasera de las bandejas que usamos están... pelín sucias. Jeje, Pablo espero que no tengas inconveniente en que te cuente esto antes de que vengas :P Pero en todas partes es igual. Menos mal que la cocina de los "comedores" no está a la vista... Y menos mal que he logrado hacer eso de "lo que no mata, engorda" mi nuevo lema de vida, aunque esté mal usado. Culebra, mapache, armadillo... Todavía me queda mucho por probar.
Después de comer, bajé al pueblo a llamar a Adonai. Este domingo hay concierto de Maná y Adonai me dijo que el iba a ir. Le dije que si me llevaba, me apuntaba. Lo había visto anunciado de hace mucho, pero como no iba a ir sola... Pues ni me planteé el ir. Pero teniendo a alguien que me va a buscar en coche a la terminal y que me deja en casa de quien me vaya a quedar después del concierto... Pues esto está hecho. Creo que debo saberme dos o tres estribillos del grupo, pero por hacer algo diferente, y total, son 10$ de entrada, eso sí en a tomar por ... ahí, porque las del césped son 35$.
El caso es que tenía que llamarlo para decirle que sí, que me comprase la entrada. No estaba en la oficina, así que decidí llamar después de pasar por el ciber. A la vuelta sí estaba, acababa de llegar, y ya quedamos en que me compraría el "boleto" y yo lo llamaría desde Sonsonate cuando fuese a agarrar el bus hacia SanSal (por cierto, sólo yo lo llamo SanSal para abreviar, aquí lo llaman El Salvador ¿?¿?).
Ya tengo caras conocidas en el pick up de subida a casa, me hace ilusión, jeje. Ahora sólo me falta el hablar con ellos, más que sonreír cordialmente. De todas formas, en este país, si sonríes, ten por seguro que recibirás otra sonrisa a cambio, no miradas extrañas de "qué querrá esta mujer, me ha confundido con otro" como ahí donde estáis vosotros.
Ya ni recuerdo qué hice esa tarde-noche. Es la desventaja de no escribir esto todos los días, sino cuando saco tiempo. Se olvidan cosas. Supongo que no habría nada demasiado relevante.
Anda, me acabo de dar cuenta de que he pasado un "aniversario" del Generalísimo sin disturbios, sin manifestaciones violentas... Hay que pensarse esto de irse a vivir al extranjero.

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