Sábado 15 de noviembre. Cerro Verde y San Salvador. Aniversario de los mártires de la UCA.
Quedé en un pueblo que se llama "Ateos" con Alfredo, Marta, Mario, Ceci y su nieta Caren. Para llegar allá había que seguir la ruta a San Salvador, pero agarrando uno de los buses que no van directos. De nuevo un simpático salvadoreño me dió conversación durante todo el viaje, curioseando acerca de cosas en España y dándome consejos de supervivencia en el país. Todo esto mientras sonaba "Un hombre lobo en París", "Sufre mamón" y otras del estilo... Como en casa.
Primero pasamos a ver unos invernaderos de la zona, y luego subimos al Cerro Verde, un parque natural desde el que se accede a los volcanes de Izalco y Santa Ana (el más alto). Para pasar, Alfredo había tenido que solicitar un permiso en Turismo con antelación. El parque admite 300 salvadoreños al día. Los extranjeros sólo tenemos que apuntarnos en una lista con nombres, apellidos y país de procedencia. Averiguamos que no hay límite de extranjeros... Están locos estos salvadoreños.
Las excursiones a los volcanes habían salido a las 11.00 y eran las 11.30. Marta y Mario son amantes de la montaña y querían escalar el Izalco. Les dijeron que solos no podían ir, porque las excursiones van acompañadas de un par de policías de la Policía de Turismo. Resulta que antes asaltaban mucho en el camino. Encontraron un guía que les dijo que intentarían alcanzar al grupo, llamaron por radio para que les esperasen y allá fueron. Yo preferí quedarme tranquilamente en el parque y hacer los recorridos a pie que tiene con Alfredo y cia. Cuando venga Pablo lo llevaré y haremos la subida, es precioso.
Así que hicimos una visita al orquidiario que, por la época, no estaba en flor, así que fue un poco rollo. Enlazamos con la ruta de los miradores, a través de un bosque con lianas y muchos árboles diferentes. El recorrido está hecho un poco para niños, y la verdad, encontré bastante ridículo el que la guía nos eplicase las cosas como a los niños. Caren tiene 3 años, aqí que no se enteraba de mucho de todas formas. Oye, increíble lo que aguantaba la niña andando... Se embalaba y por poco no se caía al fondo de los barrancos. Aunque luego ya decayó la cosa. Los miradores eran al Santa Ana y al lago Coatepeque, un lindísimo lago en las alturas al que ya iremos algún día a nadar.
Por último, visitamos el "Hotel de la Montaña", un antiguo hotel que a raíz de los terremotos fue abandonado (falta de turismo, no por daños). Está chulo el sitio. Tienen planes de rehabilitarlo, necesita mucho trabajo, pero si lo hacen, va a quedar bien lindo. Y unas vistas increíbles, por supuesto.
Al terminar todos los recorridos, nos pusimos a esperar a los dos locos de la montaña en un parque infantil. Yo me puse a escribir y luego a platicar (lo hago a propósito para que aprendáis vocabulario) con unos eeuuitas a los que me ofrecí para tomarles unas fotos. Me puse a escuchar su conversación y no paraban de hablar de Jesús y cia. De alguna secta rara eran, fijo.
Uis, que no os he contado el frío que hacía. No era para morirse, pero qué fresquito!!!! Qué gozada. Yo en tirantes empecé a pasarlo un poco mal, así que me puse algo por encima. Claro, estábamos en medio de las nubes, como a 2000 metros y pico.
Marta y Mario llegaron al fin, pero se fueron a hacer los recorridos que habíamos hecho nosotros. No, si ya sabía yo que ni de coña llegaría a la "procesión de los farolillos"... Una pena, ya me he perdido algo de lo que no había que perderse.
Volvimos a SanSal y me quedé en casa de M&M para darme una ducha. Allí conocí a Alejandro, un geronés que está (también) de okupa en la casa. Muy majo, toca la guitarra muy bien, y ya se ha empezado a meter en líos, jeje. Resulta que los viernes cerca de la Catedral hay charlas de algún diputado del FMLN contando lo que han hecho esa semana. Y luego la plataforma cultural del FMLN pone grupillos a tocar en el escenario. Bueno, pues a este lo engancharon por banda, lo subieron a cantar y lo ficharon para futuras ocasiones. Eso, para los extranjeros, está prohibido. Si lo pillan lo meten en el calabozo al instante. Menos mal que por la pinta si puede parecer salvadoreño, pero en cuanto abre la boca... Ese acentazo catalá lo delata.
Apañamos una cena y fuimos a la UCA a la Vigilia. Por la puerta por la que llegamos no nos querían dejar pasar, pero nos pusimos a rogarles a los guardias, que había que dar una vuelta enorme y, con eso de ser extranjeros, nos dejó pasar. Tampoco podíamos acceder a la cafetería que era donde habíamos quedado con la demás gente, pero logramos mandar a un emisario.
Estaban en la misa por los mártires. Yo muriéndome por comer una pupusa y resulta que durante la misa no me las vendían... Qué poco espíritu de negocios. Ya nos habíamos juntado unos cuantos españoles y había ganas de juerga, pero como tampoco vendían alcohol en todo el centro... Así que nos fuimos al súper más cercano. estos se aprovisionaron de cervezas y agarraron una botella de ron "Flor de caña", nacional, por supuesto :P. Yo un red bull, galletas oreo y un twix. Allí mismo a la salida del Super Selectos empezamos el botellón. Se empezaron a acercar curiosos salvadoreños y no sé cómo me encontré explicándole a un chaval de 14 años que la educación es lo más importante para poder llegar lejos y él me contaba que ayuda a su madre en la imprenta y que le da mucha pena porque ve que trabaja mucho y no gana casi nada. Que hay veces que se hace 2 horas de camino para entregar un par de calendarios. Y luego una chiquita que me decía que le gustaba mi acento y que ella tampoco bebía ni fumaba.
Fuimos a la fiesta, había acabado la misa (ya me vendían pupusas) y estaban con las ofrendas, pero enseguida empezaron los conciertos. Música de acá mayormente, canciones revolucionarias, de Silvio, hasta la de la muralla tocaron. Y los españoles logramos abrirnos un corro. Éramos los únicos que realmente le ponían empeño para bailar. Yo en realidad bailaba una especie de jota al ritmo de la música indígena, y los catalanes iniciaron una sardana un poco acelerada. Pero Josete el vasco y luego Alejandro, empezaron a pegar botes como locos y nos arrastraron a todos. Y ya unos cuantos salvadoreños se animaron a pegar botes con nosotros. Éramos el centro de atención de un gran corro que se había formado para ver a los españoles haciendo el gili :P Pero allí éramos los que mejor se lo pasaban, seguro. Eso sí: qué cansancio. Yo admiro a Josete, no sé de dónde carajo este hombre saca tantísima energía. No para!
Me dediqué a consumir cantidades ingentes de agua para reponer lo sudado. Cómo me reí. Y en medio de todo el barullo, me fijo en dos personitas del corro: Lucía y Óscar. Que ilusión me hizo verlos allí. Intenté que Óscar se viniese al corro, pero parece ser que si no es hiphop o break dance no baila, jejeje. En realidad hubiese triunfado si allí en medio hubiese dado un par de pasos de los que sabe hacer.
Fue una gran noche. Xavi y Marga se quedaron un poco sorprendidos de que yo pudiese haber dado tanto bote y haber bailado tanto. Claro, me veían los primeros días yéndome a la cama a las 20.00 y pensaban que era una amargada sin remedio. Sólo necesito motivación, jejeje.
Volvimos a casa en taxi, yo me quedaba en casa de Josete a dormir, esa noche y la del domingo. Una casa bien linda, para una persona, con un cuarto para invitados... la ha acondicionado él por entero, ya que no tenía nada, ni pintura siquiera. Y ha hecho un gran trabajo. A las 4.30 nos metimos a la cama.
Primero pasamos a ver unos invernaderos de la zona, y luego subimos al Cerro Verde, un parque natural desde el que se accede a los volcanes de Izalco y Santa Ana (el más alto). Para pasar, Alfredo había tenido que solicitar un permiso en Turismo con antelación. El parque admite 300 salvadoreños al día. Los extranjeros sólo tenemos que apuntarnos en una lista con nombres, apellidos y país de procedencia. Averiguamos que no hay límite de extranjeros... Están locos estos salvadoreños.
Las excursiones a los volcanes habían salido a las 11.00 y eran las 11.30. Marta y Mario son amantes de la montaña y querían escalar el Izalco. Les dijeron que solos no podían ir, porque las excursiones van acompañadas de un par de policías de la Policía de Turismo. Resulta que antes asaltaban mucho en el camino. Encontraron un guía que les dijo que intentarían alcanzar al grupo, llamaron por radio para que les esperasen y allá fueron. Yo preferí quedarme tranquilamente en el parque y hacer los recorridos a pie que tiene con Alfredo y cia. Cuando venga Pablo lo llevaré y haremos la subida, es precioso.
Así que hicimos una visita al orquidiario que, por la época, no estaba en flor, así que fue un poco rollo. Enlazamos con la ruta de los miradores, a través de un bosque con lianas y muchos árboles diferentes. El recorrido está hecho un poco para niños, y la verdad, encontré bastante ridículo el que la guía nos eplicase las cosas como a los niños. Caren tiene 3 años, aqí que no se enteraba de mucho de todas formas. Oye, increíble lo que aguantaba la niña andando... Se embalaba y por poco no se caía al fondo de los barrancos. Aunque luego ya decayó la cosa. Los miradores eran al Santa Ana y al lago Coatepeque, un lindísimo lago en las alturas al que ya iremos algún día a nadar.
Por último, visitamos el "Hotel de la Montaña", un antiguo hotel que a raíz de los terremotos fue abandonado (falta de turismo, no por daños). Está chulo el sitio. Tienen planes de rehabilitarlo, necesita mucho trabajo, pero si lo hacen, va a quedar bien lindo. Y unas vistas increíbles, por supuesto.
Al terminar todos los recorridos, nos pusimos a esperar a los dos locos de la montaña en un parque infantil. Yo me puse a escribir y luego a platicar (lo hago a propósito para que aprendáis vocabulario) con unos eeuuitas a los que me ofrecí para tomarles unas fotos. Me puse a escuchar su conversación y no paraban de hablar de Jesús y cia. De alguna secta rara eran, fijo.
Uis, que no os he contado el frío que hacía. No era para morirse, pero qué fresquito!!!! Qué gozada. Yo en tirantes empecé a pasarlo un poco mal, así que me puse algo por encima. Claro, estábamos en medio de las nubes, como a 2000 metros y pico.
Marta y Mario llegaron al fin, pero se fueron a hacer los recorridos que habíamos hecho nosotros. No, si ya sabía yo que ni de coña llegaría a la "procesión de los farolillos"... Una pena, ya me he perdido algo de lo que no había que perderse.
Volvimos a SanSal y me quedé en casa de M&M para darme una ducha. Allí conocí a Alejandro, un geronés que está (también) de okupa en la casa. Muy majo, toca la guitarra muy bien, y ya se ha empezado a meter en líos, jeje. Resulta que los viernes cerca de la Catedral hay charlas de algún diputado del FMLN contando lo que han hecho esa semana. Y luego la plataforma cultural del FMLN pone grupillos a tocar en el escenario. Bueno, pues a este lo engancharon por banda, lo subieron a cantar y lo ficharon para futuras ocasiones. Eso, para los extranjeros, está prohibido. Si lo pillan lo meten en el calabozo al instante. Menos mal que por la pinta si puede parecer salvadoreño, pero en cuanto abre la boca... Ese acentazo catalá lo delata.
Apañamos una cena y fuimos a la UCA a la Vigilia. Por la puerta por la que llegamos no nos querían dejar pasar, pero nos pusimos a rogarles a los guardias, que había que dar una vuelta enorme y, con eso de ser extranjeros, nos dejó pasar. Tampoco podíamos acceder a la cafetería que era donde habíamos quedado con la demás gente, pero logramos mandar a un emisario.
Estaban en la misa por los mártires. Yo muriéndome por comer una pupusa y resulta que durante la misa no me las vendían... Qué poco espíritu de negocios. Ya nos habíamos juntado unos cuantos españoles y había ganas de juerga, pero como tampoco vendían alcohol en todo el centro... Así que nos fuimos al súper más cercano. estos se aprovisionaron de cervezas y agarraron una botella de ron "Flor de caña", nacional, por supuesto :P. Yo un red bull, galletas oreo y un twix. Allí mismo a la salida del Super Selectos empezamos el botellón. Se empezaron a acercar curiosos salvadoreños y no sé cómo me encontré explicándole a un chaval de 14 años que la educación es lo más importante para poder llegar lejos y él me contaba que ayuda a su madre en la imprenta y que le da mucha pena porque ve que trabaja mucho y no gana casi nada. Que hay veces que se hace 2 horas de camino para entregar un par de calendarios. Y luego una chiquita que me decía que le gustaba mi acento y que ella tampoco bebía ni fumaba.
Fuimos a la fiesta, había acabado la misa (ya me vendían pupusas) y estaban con las ofrendas, pero enseguida empezaron los conciertos. Música de acá mayormente, canciones revolucionarias, de Silvio, hasta la de la muralla tocaron. Y los españoles logramos abrirnos un corro. Éramos los únicos que realmente le ponían empeño para bailar. Yo en realidad bailaba una especie de jota al ritmo de la música indígena, y los catalanes iniciaron una sardana un poco acelerada. Pero Josete el vasco y luego Alejandro, empezaron a pegar botes como locos y nos arrastraron a todos. Y ya unos cuantos salvadoreños se animaron a pegar botes con nosotros. Éramos el centro de atención de un gran corro que se había formado para ver a los españoles haciendo el gili :P Pero allí éramos los que mejor se lo pasaban, seguro. Eso sí: qué cansancio. Yo admiro a Josete, no sé de dónde carajo este hombre saca tantísima energía. No para!
Me dediqué a consumir cantidades ingentes de agua para reponer lo sudado. Cómo me reí. Y en medio de todo el barullo, me fijo en dos personitas del corro: Lucía y Óscar. Que ilusión me hizo verlos allí. Intenté que Óscar se viniese al corro, pero parece ser que si no es hiphop o break dance no baila, jejeje. En realidad hubiese triunfado si allí en medio hubiese dado un par de pasos de los que sabe hacer.
Fue una gran noche. Xavi y Marga se quedaron un poco sorprendidos de que yo pudiese haber dado tanto bote y haber bailado tanto. Claro, me veían los primeros días yéndome a la cama a las 20.00 y pensaban que era una amargada sin remedio. Sólo necesito motivación, jejeje.
Volvimos a casa en taxi, yo me quedaba en casa de Josete a dormir, esa noche y la del domingo. Una casa bien linda, para una persona, con un cuarto para invitados... la ha acondicionado él por entero, ya que no tenía nada, ni pintura siquiera. Y ha hecho un gran trabajo. A las 4.30 nos metimos a la cama.
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